Ant

Aportado por Daniela, gracias Daniela.
Montones y montones de paja.

Un agricultor tiene 3 montones de paja en un prado y cuatro montones en el pajar. Si los juntara todos, ¿cuántos montones tendría?





Aportado por Claudia, gracias Claudia.

Si coloco un pez en cada pecera me sobra un pez, pero si coloco dos peces en cada pecera, me sobra una pecera. ¿Cuántos peces y peceras tengo?





Aportado por Aroa, gracias Aroa.
El Gallo.

Un gallo pone un huevo en una montaña. ¿Hacia qué lado cae el huevo, hacia la derecha o hacia la izquierda? 






Aportado por Sergio Rincón, gracias Sergio.
Número con más letras.
¿Qué número, menor de mil, tiene más letras?



Aportado por Lucía Martín, gracias Lucía.
El pato y el niño.  

Un pato y un niño nacen el mismo día.  Al cabo de un año ¿cuál es mayor de los dos? 




Problema aportado por Celia, gracias Celia:
¡Uno entre veinte!:
Si digo: "Uno entre veinte es igual a diecinueve", ¿es posible?

SOLUCIÓN: Sí, en números romanos; XX (veinte) I (uno) y luego XIX (uno entre veinte) que son diecinueve. 

Problema aportado por Adrián Nieves, gracias Adrián:
La resta misteriosa:
¿Cuántas veces puedes restar 6 de 30?


SOLUCIÓN: 30 - 6 =24, luego ya restaríamos de 24, por lo tanto....UNA



Las soluciones a la semana pasada las veis en “Anteriores”.

Aportado por Sergio Rincón, gracias Sergio.
Número con más letras.
¿Qué número, menor de mil, tiene más letras?




Aportado por Lucía Martín, gracias Lucía.
El pato y el niño.  

Un pato y un niño nacen el mismo día.  Al cabo de un año ¿cuál es mayor de los dos? 



El pato tiene año y pico

SOLUCIÓN al Problema de SILVIA:

Usarían lápiz.

Problema propuesto por Silvia:

Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionaban sin gravedad (o con gravedad 0), pues la tinta no bajaría hasta la superficie en que se deseara escribir. ¿Cómo escribirían los astronautas?




La casa matemática.

Solución: 68 cm²

Los deportistas.

Juan, Luis y Pedro. Uno es tenista, otro futbolista y otro ciclista. El futbolista, el más bajo de los tres, es soltero. Juan, que es suegro de Luis, es más alto que el tenista. ¿Qué deporte práctica cada uno?





Solución: Juan es más alto que el tenista, por lo tanto no es ni el tenista, ni el futbolista; el más bajo es el ciclista. El futbolista no es Juan, ni Luis (hombre casado), es Pedro. Por eliminación, el tenista es Luis.

La bicicleta de Ana





Ana tiene una bicicleta cuyo radio de la rueda mide 35 cm. ¿Cuántos metros ha recorrido Ana cuando la rueda ha dado 100 vueltas?


Solución: 2 x 3,14 x 35 cm. x 100 = 21.980 cm. = 219,80 m.


Problema aportado por Laura, gracias Laura
Continua la serie
¿Qué número sería el siguiente:









Solución: “200” todos empiezan por “D”

Y este más difícil (necesitaréis ayuda para hacerlo)

El reloj (2)

¿Cuánto mide el ángulo que forman las manecillas de un reloj a las tres y media?

Solución al Reloj (2)

Lo mismo que en el reloj (1) pero ahora hay que tener en cuenta que la aguja horaria ha caminado, ¿cuánto? No es muy difícil, si en una hora avanza 30º como hemos visto antes, en media hora avanzará 15º, por lo tanto 15º + 30º +30º = 75º.
Quién no diera con la solución.................. lo podía haber medido.

El reloj (1)

¿Qué ángulo forman las agujas de un reloj cuando son las cuatro en punto de la tarde?
Hay que decir tipo y medida. NO VALE USAR TRANSPORTADOR. Bueno..... para comprobar lo podéis usar, pero sólo para comprobar, ¿vale?



Solución a "El reloj: 120º
"El satélite."

Un satélite da una vuelta a la Tierra cada 4.457 s. Si ha pasado por una ciudad a las 15 h 24 min 32 s, ¿a qué hora volverá a pasar la próxima vez?



Solución: 
4.457 s = 1 h 14 min 17 s
15 h 24 min 32 s + 1 h 14 min 17 s = 16 h 38 min 49 s
Volverá a pasar a las 16 h 38 min 49 s


1.- En la televisión pasan una película que dura 1 hora y 45 minutos. Durante la proyección hacen cinco cortes publicitarios de ocho minutos cada uno. Si la película empieza a las 15:30 , ¿a qué hora terminará? 




Solución: 15 horas y 55 min.

2.- Pedro salió de su casa las 10:45 y volvió a las 12:20. ¿Cuanto tiempo ha estado fuera de su casa?



Solución: 1 hora 35 min

3.- El corazón de una persona palpita 70 veces por minuto. Calcula el número de palpitaciones  que habrá dado en un día. 




Solución: 104.800 palpitaciones en un día.

Una de fórmula 1

Fernando Alonso tarda en dar una vuelta al circuito de Montmelo, 1 minuto 15 segundos y 641 milésimas. Pedro Martínez de la Rosa tarda 1 minuto 18 segundos y 456 milésimas. ¿En qué vuelta le doblará?






Solución: Se pasan los tiempos a milésimas y se restan. Lo que da, 2.815 milésimas es lo que le saca Alonso a De la Rosa en cada vuelta. Si dividimos el tiempo que tarda Alonso en dar un vuelta entre lo que le saca,


75.641 : 2.815  = 26,870. Fijaos que si dividimos el tipo de De la Rosa por lo que le saca Alonso da  78.456 : 2.815  = 27,870, exactamente una vuelta más, justo la que le saca. Por lo tanto le dobla en la vuelta 27 de Alonso o en la 28 de De la Rosa. Aclaramos las dudas en clase.
Las pelis.

Esther, Bea y Marta han quedado para salir después de ver una película cada una en su casa. La película de Esther dura 3.695 s, la de Bea dura 210 min. y las de Marta 2 h 34 s. ¿Quién saldrá antes? ¿y quién la última? Si Gonzalo quiere ver la película de Marta y Bea, ¿cuántos segundos tardará?




Solución: 
2 h 34 s = 7.234 s
210 min = 12.600 s
Ester será la primera en salir y Bea la última
12.600 + 7.234 = 19.834 s
Gonzalo tardará 19.834 s en ver las dos películas.

Los Terrones de azúcar. (Aportado por Andrea S., gracias Andrea)

¿Puedes poner 10 terrones de azúcar en tres tazas vacías, de tal manera que en cada taza haya un número impar de terrones?



Solución: NO
¿Cuántos segundos?:

Pregunta a tu madre a que hora del día naciste y calcula cuántos segundos habrás vivido el día 19 de marzo de 2.014 a las 14 horas.




Solución: Respuesta variable dependiendo de la edad. Lo único que hay que tener especialmente en cuenta son los años bisiestos. Os dar´un cifra del orden de trescientos y pico millones de segundos.

Uno de animales. (Aportado por Susana, gracias Susana).

Todos son toros menos 4, todos son vacas menos 4, hay tantos caballos como ganado vacuno, el resto son gallinas.¿Cuántos animales hay en la granja?


Solución: 1 toro, 1 vaca, 2 caballos y 1 gallina.

El coche. (Aportado por Sandra, gracias Sandra).

Si un coche toma una curva a la derecha a 40 km/h, ¿Cuál es la rueda que menos gira?

Solución: La rueda de repuesto

La naranja. (Aportado por Andrea S., gracias Andrea)

Una naranja tiene 8 gajos, cada gajo tiene 3 pepitas. ¿Cuántas pepitas hay en una caja de 200 naranjas?  Y si un camión tiene 200 cajas, ¿cuántas pepitas hay?



Solución: 4.800 y 960.000

El camión cisterna

Para llenar la piscina de casa hemos utilizado tres camiones cisternas de 10 kl 40 dal. En el tercero han sobrado 51 hl 20 l. ¿Cuántos litros hemos necesitado para llenar la piscina?

Solución: Al “Camión cisterna”: 26.080 litros.

El barco
Un barco transporta 2800 toneladas de mercancía. ¿Cuántos contenedores harán falta para transportar esa mercancía si cada contenedor carga 1400 kg?


Solución: 2000 contenedores

De arrobas de vino

Una arroba o una cántara es una medida de capacidad antigua que equivale a 16,133 litros en el caso de medir vino.
¿Cuántas garrafas de media arroba puedo llenar con 241.995 ml.?


Solución: 30 garrafas

Las bolas (Aportado por  Sandra, gracias Sandra)

 

¿Cuántas bolas de 10 cm. de diámetro se pueden introducir en una caja vacía de 100 cm. de lado?

Solución: sólo una, luego ya no está vacía.

Otro de Sandra (este si imágenes): 

¿A cuánto equivale camisa y media más camisa y media?

Solución: 2 camisas y un par de medias. 

El Camino (Aportado por  Andrea S., gracias Andrea)

 

Un camino mide 8 metros. ¿Cuántos hectómetros miden 200 caminos?

Solución: 200 x 8m = 1600 m = 16 hm

Los nueves (Aportado por  Carla S., gracias Carla)


 ¿Cómo colocarías 4 nueves para que sumen 100?

Solución: 99 + 9/9

"El autobús escolar".

"Un autobús escolar lleva a 7 alumnos a la escuela. Cada alumno lleva 7 cestas. En cada cesta hay 7 perras. Cada perra tiene 7 perritos. Por suerte, cada uno tiene tantas patas como ha previsto la madre naturaleza. Pregunta: ¿Cuántas piernas/patas hay en el autobús?"



Solución: 10992 contando patas y piernas.
(2 del conductor, 14 de los alumnos, 1372 de las perras y 9604 de los perritos)

Problema aportado por Susana. (Gracias Susana)


Un perro y un gato pesan juntos 15 kg. Si el peso del perro es impar y el macho pesa doble que la hembra....¿Cuánto pesa cada uno?

¿Qué hora es?

Quedan del día la tercera parte de las horas que han pasado. ¿Qué hora es?

A ver, hay que razonar un poco y os podéis ayudar del dibujo y también podéis hacer una tabla como la que pongo.





SOLUCIÓN a “¿Qué hora es?
Las 6 de la tarde.
Han pasado 18 horas, más un tercio de 18 horas que son 6 horas. 18 horas + 6 horas = 24 horas

El árbol y el poste.

Lee atentamente, razona un poco, utiliza el dibujo para ayudarte y averigua la altura del árbol y del poste:

  • El poste es dos metros más corto que el árbol.
  • La altura del árbol es el triple que la del poste.

Solución: 3 metros el árbol y 1m el poste.

Problema de la bibliotecaria


Mi cabeza está pensando
bajo el sol y con sombrero
un número curioso.
¿Quién lo adivina primero?

Si lo divido por dos,
el resultado es par
y también menor de diez.
Juega conmigo a pensar,
que al dividirlo por tres
dos menos me quedarán.






Solución:  12

Solución Acertijo de Sandra: ninguna



El Camino de Santiago

 

El Camino de Santiago tiene una longitud de 851,5 km. Un grupo quiere recorrerlo en 30 días.
Cuando llevan 10 días han recorrido 274,9 km. ¿Cuánto tendrán que recorrer cada día de los que quedan?







Solución  a "El Camino de Santiago":

851,5 km – 274,9 km = 576,6 km. le quedan por recorrer en los 20 días (30 – 10) que faltan.
576,6 km / 20 días = 28,83 km. cada día.

El problema de Carla

Carla propone este problema:
Si digo......”Cinco por cuatro veinte, más dos, igual a veintitrés”. ¿Es verdad o mentira?”

Solución: 
Verdad. 5 x 4,20 + 2 = 23

Acertijo de Laura

Los padres de Rosa tienen 5 hijos: Na-na, Ne-ne, Ni-ni y No-no. ¿Cómo se llama la quinta hija?

Solución:
Rosa, los demás son sus hermanos!!!!!! 

De conejos y un cajón





Solución a “De conejos y un cajón”

Este problema está propuesto para que tengáis en cuenta lo importante que es leer bien los problemas.
Según escribamos el enunciado puede haber dos soluciones:
1.- De cien conejos metidos en un cajón, ¿cuántas patas, orejas y rabos son?
Según se desprende de la lectura, son cien los conejos que están metidos en el cajón y por lo tanto..... 400 patas, 200 orejas y 100 rabos.
2.- De cien conejos, metí dos en un cajón, ¿cuántas patas, orejas y rabos son?
Escrito así, son dos los conejos que hemos metido en el cajón y por lo tanto .... 8 patas, 4 orejas y 2 rabos.


"El deportista":

Un deportista pierde 2 kg de peso corporal por cada 3 horas de ejercicio que hace y necesita beber un litro de agua cada 2 horas. ¿Cuántas horas de ejercicio habrá realizado una mañana si ha adelgazado 1 kg.?
Hay que tener en cuenta que un litro de agua pesa un kilo.


Solución: 3 horas


Problema "El tren"propuesto por Sergio (Alumno del año pasado):

Un tren ha recorrido 480 km en 6 horas. ¿Cuántos Km ha recorrido en una hora?
¿Cuánto tardará en recorrer 240 km?


SOLUCIÓN AL TREN:
480 km. : 6 horas = 80 km. recorre en una hora.
240 km. : 80 km. = 3 horas tarda en recorrer los 240 km.



De ranas y moscas

Cuatro ranas cazan cuatro moscas en cuatro minutos. ¿Cuánto tiempo tardan cien ranas en cazar cien moscas?




SOLUCIÓN a “ De ranas y moscas
Si 4 ranas cazan 4 moscas en 4 minutos es lógico pensar que 25 veces más ranas (25*4) cazan 25 veces más moscas en el mismo tiempo. O sea, 25*4 ranas = 25*4 moscas en 4 minutos. Respuesta, 4 minutos.

Haciendo una valla

Pedro quiere hacer una valla en su jardín para separarlo de la carretera.
Para ello debe empezar por clavar estacas cada 2 m. Si la valla tiene que
medir 30 m, ¿cuántas estacas necesita?




Ojo con la solución que puede que no sea lo que aparenta. ¡Comprobad la solución dibujando!

SOLUCIÓN A “Haciendo una valla”

Al dividir los 30 metros entre 2 metros de separación que hay entre las estacas, calculamos el número de huecos, por lo tanto hay que sumar 1 al resultado para tener el total de las estacas. La solución es 16 estacas.
 30 : 2 = 15 huecos, 15 + 1 = 16 estacas necesitamos para construir la valla.


Uno de monedas

Sandra tiene nueve monedas. Sólo una de ellas la tiene repetida. En total tiene 3 euros y 98 céntimos. 
¿Cuál es la moneda repetida?



SOLUCIÓN A UNO DE MONEDAS:2€ + 1€ + 0’5€ + 0’2€ + 0’1€ + 0’05€ + 0’02€ + 0’01€ = 3€ y 88 céntimos, con lo cual le falta una moneda de 10 céntimos (0’10€)





UN PROBLEMA SIN NÚMEROS.
 
Sí, un problema sin números y como siempre digo que los problemas hay que leerlos bien............ ¡ahí va este!
Escribe una frase corta con las siguientes letras:
n  u  t  a  f  o  r  a  c  e  r  a  s

Una pista: lee bien lo que te piden y haz sólo lo que se te 
pida.

SOLUCIÓN A “UN PROBLEMA SIN NÚMEROS”

“Una frase corta”
 


El teléfono y su funda.



Un teléfono móvil y su funda valen 110 euros. ¿Cuánto costará el teléfono sólo si cuesta 100 euros más que la funda?
¿Cuánto costará la funda?


SOLUCIÓN AL PROBLEMA TELÉFONO Y SU FUNDA

Teléfono 105€ y la funda 5€
Como son repartos desiguales, descontamos lo que vale más una cosa que la otra y lo que queda lo repartimos entre las dos (móvil y funda).
Por lo tanto 110€ – 100€ = 10€ ........    10€ : 2 = 5€
Eso es lo que vale la funda y el teléfono 100 € más, es decir 105€



Problema aportado por Iván, gracias Iván.

La corona circular.

¿Qué ocupa más, una corona circular de r=2cm. y R=4cm. de radio o un círculo de 2 cm de radio?



Problema aportado por Carla, gracias Carla.

Serpientes marinas.

Un capitán en el Caribe fue rodeado por un grupo de serpientes marinas, muchas de las cuales eran ciegas. Tres no veían con los ojos a estribor, 3 no veían nada a babor, 3 podían ver a estribor, 3 a babor, 3 podían ver tanto a estribor como a babor, en tanto que otras 3 tenían ambos ojos arruinados. ¿Cuál es el mínimo número de serpientes necesarias para que con ellas se den todas esas circunstancias?



La casa matemática.



Los deportistas.

Juan, Luis y Pedro. Uno es tenista, otro futbolista y otro ciclista. El futbolista, el más bajo de los tres, es soltero. Juan, que es suegro de Luis, es más alto que el tenista. ¿Qué deporte práctica cada uno?



Solución: Juan es más alto que el tenista, por lo tanto no es ni el tenista, ni el futbolista; el más bajo es el ciclista. El futbolista no es Juan, ni Luis (hombre casado), es Pedro. Por eliminación, el tenista es Luis.

La bicicleta de Ana




Ana tiene una bicicleta cuyo radio de la rueda mide 35 cm. ¿Cuántos metros ha recorrido Ana cuando la rueda ha dado 100 vueltas?

Solución: 2 x 3,14 x 35 cm. x 100 = 21.980 cm. = 219,80 m.


Problema aportado por Laura, gracias Laura
Continua la serie
¿Qué número sería el siguiente:






Solución: “200” todos empiezan por “D”

Triángulos.
Calcula el valor de los ángulos que faltan en las siguientes figuras:


Solución : a) 180º - (53º+50º) = 77º  ;  b) 180º - (90º+31º) = 59º

Nota media.

La nota media conseguida en una clase de 20 alumnos ha sido de 6. Ocho alumnos han suspendido con un 3 y el resto superó el 5. ¿Cuál es la nota media de los alumnos aprobados?


 Solución: Ocho.

 

El reloj (1)

¿Qué ángulo forman las agujas de un reloj cuando son las cuatro en punto de la tarde?
Hay que decir tipo y medida.

Solución a Reloj (1)

Es un ángulo obtuso.
Si dividimos la esfera del reloj (360º) e doce partes iguales nos da que cada parte mide 30º. Como ha avanzado la aguja minutera 4 partes,  4 x 30 = 120. Pues eso 120º es lo que mide el ángulo.


Y este más difícil (necesitaréis ayuda para hacerlo)

El reloj (2)

¿Cuánto mide el ángulo que forman las manecillas de un reloj a las tres y media?

Solución al Reloj (2)

Lo mismo que en el reloj (1) pero ahora hay que tener en cuenta que la aguja horaria ha caminado, ¿cuánto? No es muy difícil, si en una hora avanza 30º como hemos visto antes, en media hora avanzará 15º, por lo tanto 15º + 30º +30º = 75º.
Quién no diera con la solución.................. lo podía haber medido.



PERROS, GATOS Y CABALLOS


¿Cuántos animales tengo en mi cortijo, si todos son perros, menos dos; todos son gatos, menos dos, y todos son caballos, menos dos?




Solución: Un perro, un gato y un caballo

Camión con madera
Si un camión lleva 4.000 kg de madera y su precio es de 2.530 euros, ¿Cuánto costaría un camión con 5.000 kg de madera?¿Cuántos kg de madera nos darían por 7.000 euros?


Solución:

4000kg- 2530euros
5000kg- ? =5000kg - 3162,5euros
4000kg- 2530euros
? - 7000euros =11067kg – 7000euros.


Adivinanza de Paula, gracias Paula.

Yo me subo
yo me bajo
si lo adivinas
eres muy majo

Solución:
El Yo-Yo

La carrera

En una competición de carreras, el ganador tardó 2 h 2 min 13 s y el segundo tardó 7.373 s. ¿Cuántos segundos transcurrieron entre la llegada del primero y el segundo?


Solución:
2 h 2 min 13 s = 7.333 s
7.373 – 7.333 = 40
Transcurrieron 40 s.


El satélite.

Un satélite da una vuelta a la Tierra cada 4.457 s. Si ha pasado por una ciudad a las 15 h 24 min 32 s, ¿a qué hora volverá a pasar la próxima vez?



Solución: 
4.457 s = 1 h 14 min 17 s
15 h 24 min 32 s + 1 h 14 min 17 s = 16 h 38 min 49 s
Volverá a pasar a las 16 h 38 min 49 s
 Las pelis.

Esther, Bea y Marta han quedado para salir después de ver una película cada una en su casa. La película de Esther dura 3.695 s, la de Bea dura 210 min. y las de Marta 2 h 34 s. ¿Quién saldrá antes? ¿y quién la última? Si Gonzalo quiere ver la película de Marta y Bea, ¿cuántos segundos tardará?


Solución:
2 h 34 s = 7.234 s
210 min = 12.600 s
Ester será la primera en salir y Bea la última
12.600 + 7.234 = 19.834 s
Marco tardará 19.834 s en ver las dos películas.


Una de fórmula 1

Fernando Alonso tarda en dar una vuelta al circuito de Montmelo,  1 minuto 15 segundos y 641 milésimas. Pedro Martínez de la Rosa tarda 1 minuto 18 segundos y 456 milésimas. ¿En qué vuelta le doblará?



Solución: Se pasan los tiempos a milésimas y se restan. Lo que da, 2.815 milésimas es lo que le saca Alonso a De la Rosa en cada vuelta. Si dividimos el tiempo que tarda Alonso en dar un vuelta entre lo que le saca,
75.641 : 2.815  = 26,870. Fijaos que si dividimos el tipo de De la Rosa por lo que le saca Alonso da  78.456 : 2.815  = 27,870, exactamente una vuelta más, justo la que le saca. Por lo tanto le dobla en la vuelta 27 de Alonso o en la 28 de De la Rosa. Aclaramos las dudas en clase.

¿Cuántos segundos?

Pregunta a tu madre a que hora del día naciste y calcula cuántos segundos habrás vivido el día 19 de marzo de 2.012 a las 14 horas.


Solución: Respuesta variable dependiendo de la edad. Lo único que hay que tener especialmente en cuenta son los años bisiestos. Os dar´un cifra del orden de trescientos y pico millones de segundos.




Bombones
Un bombón pesa 8 gramos ¿Cuántos hectogramos pesan 200 bombones?

Solución: 16 hectogramos

El barco
Un barco transporta 2800 toneladas de mercancía. ¿Cuántos contenedores harán falta para transportar esa mercancía si cada contenedor carga 1400 kg?

Solución: 2000 contenedores
Aportado por Raúl

El supermercado compra 750 kg de pescado a 17 euros el kilo, lo pone a la venta al precio de 20 euros /kg. ¿Cuánto es el beneficio obtenido?

Solución: 1.250€ de beneficio.
 
Aportado por Carla

Para completar un pedido de dulces se necesitan 5 días de trabajo para hacer 2.550 bolsas. Si se han trabajado 3 días ¿cuántas bolsas se han hecho?

Solución: 1.530 bolsas se han hecho


De Adrián Sáez

Pobrecito, pobrecito, todo el día sin parar y no sale de su lugar.

Solución: El reloj
-------

Un platito de avellanas que de día se recogen y de noche se desparraman.

Solución: Las estrellas


De Rachida

Mi tío va, mi tío viene ye en camino él se detiene.

Solución: El cerrojo

De Javier

Un tren recorre una distancia de 1.080 km y viaja ha 180 km por hora. En el trayecto hace 4 paradas de 10 minutos, 2 paradas de 15 minutos y 1 parada de 20 minutos ¿Cuánto tiempo tarda en hacer el recorrido total?

Solución: 7 horas y media
_______

¿Cuál es la Palabra que tiene cinco íes?
Solución:  Divisibilidad, insignificancia o inteligibilidad


Por Sergio
La botella de vino

Si nos dicen que una botella de vino vale 10 euros  y que vino que contienen  cuesta 9 euros  más que el envase, ¿Cuánto cuesta  el vino y el envase por  separado?

Solución: El envase cuesta 0,5  y la botella 9,5

Buen problema aportado por Pol, gracias Pol.

El camión cisterna

Para llenar la piscina de casa hemos utilizado tres camiones cisternas de 10 kl 40 dal. En el tercero han sobrado 51 hl 20 l. ¿Cuántos litros hemos necesitado para llenar la piscina?

Solución: Al “Camión cisterna”: 26.080 litros.

Acertijo propuesto por Raúl, gracias Raúl.

Marta y María

Marta y María son hijas del mismo padre y de la misma madre, sin embargo Marta dice que no es hermana de María. ¿Qué es Marta?


Marta es una mentirosa
De arrobas de vino

Una arroba o una cántara es una medida de capacidad antigua que equivale a 16,133 litros en el caso de medir vino.
¿Cuántas garrafas de media arroba puedo llenar con 241.995 ml.?


Solución: 30 garrafas

La carrera de Marcos

Marcos participa en una carrera de 5’5 km de longitud. Si ha recorrido 34 hm del circuito, ¿cuántos metros le faltan todavía por recorrer?



Solución a “La carrera de Marcos:

2.100 metros

Acertijo propuesto por Elena, gracias Elena.

¿Cómo es posible esto?

UN CAZADOR FUE DE CAZA, MATÓ SIETE PERDICES Y VIVAS LAS TRAJO A CASA.



Respuesta: El cazador se llama Vivas.
 
Unas adivinanzas:

De Olga : 
Hay tres patitos jugando, nadando y cantando ¡Cúa, Cúa! ¿Qué número es?


Solución : 222

De Carla:  
¿De qué se puede llenar un saco para que pese menos? 


Solución: ....... "De agujeros"


EL TONEL


Un tonel, lleno de vino tiene un peso de 35 kg. Cuando está lleno hasta la mitad, pesa 19 Kg. ¿Cuánto pesa el tonel vacío?



SOLUCIÓN a “EL TONEL”:

 35 – 19 = 16 (es la cantidad de vino sacado). Luego 35 - (16 x 2) = 3 kg.



Este problema lo propone Laura, gracias Laura.

4 nueves.

¿Cómo colocarías 4 nueves para que sumen 100?




Solución: 99+9/9=100
Y este l o propone Carla, gracias Carla.




Solución: El pato, porque tendrá un año y pico.


PAN, PAN Y PAN.

Pan, pan y pan, pan y pan y medio, cuatro medios panes, y tres panes y medio, ¿cuántos panes son?







Hay que llegar a la solución utilizando sumas de fracciones.

Solución a Pan, Pan y Pan:
11 panes



QUEBRADOS.

¿Qué número es 2/3 de la mitad de 1/4 de 240?




Solución a Quebrados:
 20

De casa al colegio

Sandra ha recorrido 600 m, que son los 3/4 del camino de su casa al colegio. ¿Qué distancia hay de su casa al colegio?




Solución a "De casa al colegio":




Problema de Carla

El impermeable, el sombrero y los chanclos

Cierta persona compró un impermeable, un sombrero y unos chanclos y pagó por todo 200 dólares. El impermeable le costó 90 dólares más que el sombrero; el sombrero y el impermeable juntos costaron 160 dólares más que los chanclos. ¿Cuál era el precio de cada prenda?






Solución a "El impermeable, el sombrero y los chanclos:

Los chanclos, 20 dólares, el sombrero, 45 dólares y el impermeable 135 dólares

El autobús escolar.

"Un autobús escolar lleva a 7 alumnos a la escuela. Cada alumno lleva 7 cestas. En cada cesta hay 7 perras. Cada perra tiene 7 perritos. Por suerte, cada uno tiene tantas patas como ha previsto la madre naturaleza. Pregunta: ¿Cuántas piernas/patas hay en el autobús?"



Solución al Autobús escolar:
10992 contando patas y piernas.
(2 del conductor, 14 de los alumnos, 1372 de las perras y 9604 de los perritos)

Problema aportado por Miguel. (Gracias Miguel)

Escribe un número del 1 al 8 en cada casilla sin que se toquen dos consecutivos. No se pueden tocar ni en horizontal, ni en vertical, ni en diagonal.

 Solución:



Tecleando.

Juan pulsa 50 caracteres cada 10 segundos mientras Pedro no pulsa más que 40 en el mismo tiempo. ¿Cuánto tiempo emplearán entre los dos para pulsar 360 caracteres en total?



Solución a “Tecleando”:

40 segundos

  
ARRANCANDO HOJAS. 

A mi hija de cuatro años le ha dado últimamente por arrancar tacos de hojas de los libros. El otro día, la primera página que arrancó estaba numerada con el 183 y la última con un número escrito con las mismas cifras en otro orden. ¿Cuántas páginas, no hojas, arrancó?.



 ARRANCANDO HOJAS. 183 y 318 inclusive, abarcan 136 páginas. Solución única.

¿Qué hora es?

Quedan del día la tercera parte de las horas que han pasado. ¿Qué hora es?

A ver, hay que razonar un poco y os podéis ayudar del dibujo y también podéis hacer una tabla como la que pongo.





SOLUCIÓN a “¿Qué hora es?
Las 6 de la tarde.
Han pasado 18 horas, más un tercio de 18 horas que son 6 horas. 18 horas + 6 horas = 24 horas


El árbol y el poste.

Lee atentamente, razona un poco, utiliza el dibujo para ayudarte y averigua la altura del árbol y del poste:

  • El poste es dos metros más corto que el árbol.
  • La altura del árbol es el triple que la del poste.

SOLUCIÓN a “El árbol y el poste”
Árbol 3 m.
Poste 1 m.

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Esta semana es nuestra bibliotecaria quien nos ha dejado el problema y claro viendo de ella es un problema con poesía incluida.

Problema de la bibliotecaria


Mi cabeza está pensando
bajo el sol y con sombrero
un número curioso.
¿Quién lo adivina primero?

Si lo divido por dos,
el resultado es par
y también menor de diez.
Juega conmigo a pensar,
que al dividirlo por tres
dos menos me quedarán.








SOLUCIÓN: 12



El Camino de Santiago

 

El Camino de Santiago tiene una longitud de 851,5 km. Un grupo quiere recorrerlo en 30 días.
Cuando llevan 10 días han recorrido 274,9 km. ¿Cuánto tendrán que recorrer cada día de los que quedan?







Solución  a "El Camino de Santiago":

851,5 km – 274,9 km = 576,6 km. le quedan por recorrer en los 20 días (30 – 10) que faltan.
576,6 km / 20 días = 28,83 km. cada día.

El problema de Carla

Carla propone este problema:
Si digo......”Cinco por cuatro veinte, más dos, igual a veintitrés”. ¿Es verdad o mentira?”

Solución a el “Problema de Carla” 
Verdad. 5 x 4,20 + 2 = 23

De conejos y un cajón



 


Solución a “De conejos y un cajón”

Este problema está propuesto para que tengáis en cuenta lo importante que es leer bien los problemas.
Según escribamos el enunciado puede haber dos soluciones:
1.- De cien conejos metidos en un cajón, ¿cuántas patas, orejas y rabos son?
Según se desprende de la lectura, son cien los conejos que están metidos en el cajón y por lo tanto..... 400 patas, 200 orejas y 100 rabos.
2.- De cien conejos, metí dos en un cajón, ¿cuántas patas, orejas y rabos son?
Escrito así, son dos los conejos que hemos metido en el cajón y por lo tanto .... 8 patas, 4 orejas y 2 rabos.


Acertijo de Laura

Los padres de Rosa tienen 5 hijos: Na-na, Ne-ne, Ni-ni y No-no. ¿Cómo se llama la quinta hija?



Solución al Acertijo de Laura

Rosa, los demás son sus hermanos!!!!



Lucía García propone este problema:
El deportista
Un deportista pierde 2 kg de peso corporal por cada 3 horas de ejercicio que hace y necesita beber un litro de agua cada 2 horas. ¿Cuántas horas de ejercicio habrá realizado una mañana si ha adelgazado 1 kg.?
Hay que tener en cuenta que un litro de agua pesa un kilo.


Solución a El deportista

3 horas.


De ranas y moscas

Cuatro ranas cazan cuatro moscas en cuatro minutos. ¿Cuánto tiempo tardan cien ranas en cazar cien moscas?


SOLUCIÓN a “ De ranas y moscas
Si 4 ranas cazan 4 moscas en 4 minutos es lógico pensar que 25 veces más ranas (25*4) cazan 25 veces más moscas en el mismo tiempo. O sea, 25*4 ranas = 25*4 moscas en 4 minutos. Respuesta, 4 minutos.

Problema "El tren"propuesto por Sergio:

Un tren ha recorrido 480 km en 6 horas. ¿Cuántos Km ha recorrido en una hora?
¿Cuánto tardará en recorrer 240 km?


SOLUCIÓN AL TREN:
480 km. : 6 horas = 80 km. recorre en una hora.
240 km. : 80 km. = 3 horas tarda en recorrer los 240 km.


Haciendo una valla

Pedro quiere hacer una valla en su jardín para separarlo de la carretera.
Para ello debe empezar por clavar estacas cada 2 m. Si la valla tiene que
medir 30 m, ¿cuántas estacas necesita?

  
Ojo con la solución que puede que no sea lo que aparenta. ¡Comprobad la solución dibujando!

SOLUCIÓN A “Haciendo una valla”

Al dividir los 30 metros entre 2 metros de separación que hay entre las estacas, calculamos el número de huecos, por lo tanto hay que sumar 1 al resultado para tener el total de las estacas. La solución es 16 estacas.
 30 : 2 = 15 huecos, 15 + 1 = 16 estacas necesitamos para construir la valla.


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David propone la siguiente adivinanza:
¿Cuál es el animal que tiene 3’14 ojos?

SOLUCIÓN: Piojo

Uno de monedas

Sandra tiene nueve monedas. Sólo una de ellas la tiene repetida. En total tiene 3 euros y 98 céntimos.
¿Cuál es la moneda repetida?



SOLUCIÓN A UNO DE MONEDAS:2€ + 1€ + 0’5€ + 0’2€ + 0’1€ + 0’05€ + 0’02€ + 0’01€ = 3€ y 88 céntimos, con lo cula le falta una moneda de 10 céntimos (0’10€)


UN PROBLEMA SIN NÚMEROS.
 
Sí, un problema sin números y como siempre digo que los problemas hay que leerlos bien............ ¡ahí va este!
Escribe una frase corta con las siguientes letras:
n  u  t  a  f  o  r  a  c  e  r  a  s

Una pista: lee bien lo que te piden y haz sólo lo que se te
pida.

SOLUCIÓN A “UN PROBLEMA SIN NÚMEROS”

“Una frase corta”


El teléfono y su funda.



Un teléfono móvil y su funda valen 110 euros. ¿Cuánto costará el teléfono sólo si cuesta 100 euros más que la funda?
¿Cuánto costará la funda?

SOLUCIÓN AL PROBLEMA TELÉFONO Y SU FUNDA

Teléfono 105€ y la funda 5€
Como son repartos desiguales, descontamos lo que vale más una cosa que la otra y lo que queda lo repartimos entre las dos (móvil y funda).
Por lo tanto 110€ – 100€ = 10€ ........    10€ : 2 = 5€
Eso es lo que vale la funda y el teléfono 100 € más, es decir 105€



Otro diálogo de besugos. 
Como os gustó tanto el "Diálogo de besugos", os pongo otro esta semana. Ya sabéis que no tiene que ver nada con el pescado, sino más bien consiste en mantener una conversación en la que, o las personas que participan en ella no se escuchan la una a la otra o que, directamente, se mantiene una conversación inútil y sin sentido. 

Este de más abajo esta tomado de http://seronoser.free.fr/bruguera/dialogosparabesugos.htm
   


 −Buenos días.
−Buenas tardes.
− ¿Éste es el avión que va a Tuatu, USA?
− ¿Cómo Tuatu? ¿Dónde está Tuatu?
− En Tuatu.
− ¿Y va usted a Tuatu?
− Yo voy a Miami.
− ¿Y cuando usted va a Miami pregunta por Tuatu? De cencerro para arriba. De alucine ministerial.
− Es que me da un nosequé decir Miami y pensé que si desde mí, voy a Miami, desde usted debo preguntar por Tuatu. Tuatu para usted es Miami para mí.
− Tuatu, para mí, es una imbecilidad aérea.
− ¿Y Miami?
− Miami es Miami.
− Bueno, empiezo. ¿Éste es el avión que va a Miami, USA?
− No. Éste va a Tuatu.
− ¿Cómo a Tuatu? ¿No me acaba de decir que Tuatu es una imbecilidad?
− Sí. Es que yo soy imbécil.
− Usted perdone.
− No, si no tiene usted la culpa.
− Es la primera vez que alguien se llama imbécil a sí mismo.
− ¿Usted nunca se llama imbécil?
− ¡Jamás!
− Y los demás ¿qué le llaman a usted?
− Depende.
− Es el primer tipo al que conozco que le llaman “Depende”.
− A mí nadie me llama Depende.
− Usted acaba de confirmarme que los demás le llaman “Depende”.
− He dicho Depende.
− Yo también he dicho Depende. Y su Depende es igual a mi “Depende”, señor Depende.
− ¡No me llame señor "Depende”! ¡Usted es un imbécil!
− Sí, ya se lo he dicho. Y usted es depende de la cabeza a los pies. Es más, más que depende es usted, es redepende. Toma depende.
− ¡Esto va a terminar mal! A mí no me gusta que me llamen lo que no soy.
− Pues a mí siempre me llaman cuando no estoy. Si estoy, como me ven, ya no me llaman. ¿A usted le llaman?
− ¿Quién me llama? No he oído nada.
− Encima de depende, es sordo. ¿Le llaman a usted cuando le ven?
− ¿Quién me ve? Oiga, aquí están pasando cosas rarísimas, no oigo que me llame nadie, no veo que me vea nadie, estoy con un imbécil. ¿Qué pasa?
− Está pasando el avión que va a Miami, Tuatu para usted y los demás dependes del mundo.
− ¿Se me escapa el avión?
− Se le escapa volando…
− Yo tenía que ir en ese avión. He venido a preguntárselo…
− ¿Ha venido a preguntarme si tenía que tomar ese avión? ¡Yo qué sé! ¿Usted no sabe lo que tiene que tomar?
− ¡Claro que sé lo que tomo!
− ¿Qué va a tomar?
− Yo deseaba tomar el avión para Miami.
− Pero…¡Esto es el bar del aeropuerto!
− Entonces tomaré bicarbonato con leche. Buenas tardes.
− Buenos días.

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La criatura del desván


La primera noticia de la criatura del desván surgió cuando uno de los niños subió a buscar un viejo libro. Todo estaba oscuro, pero entre las sombras pudo ver claramente dos ojos que le miraban fijamente, desde lo alto, con gesto terrible. Eran dos ojos grandes, separados casi un metro, lo que daba idea del tamaño de la cabeza de aquel horrible ser, que se lanzó hacia el niño. Este gritó a todo pulmón, cerró la puerta con llave, y dejó al monstruo gruñendo en el desván.
Durante dos días el pueblo vivió aterrorizado. Los gruñidos del desván y los aporreos de la puerta continuaron, y las noticias de las crueldades de aquel "bicho" se extendían por todas partes. El número de tragedias y desgracias aumentaba, pero nadie tenía valor para subir al desván y plantar cara a la bestia.
Al poco pasó por allí un pescador noruego, cuyo barco ballenero había naufragado días atrás; parecía un auténtico lobo de mar indomable, un tipo duro; y aprovechando que conocía el idioma, los hombres del lugar le pidieron su ayuda para enfrentarse a la horrible criatura. El noruego no dudó en hacerlo a cambio de unas monedas, pero cuando al acercarse al desván escuchó los gruñidos de la bestia, torció el gesto, y bajando las escaleras pidió mucho más dinero, algunas herramientas, una gran red y un carro, pues si triunfaba quería llevarse aquel ser como trofeo.
A todo accedieron los del pueblo, que vieron cómo el noruego abría la puerta y desaparecía entre gritos profundos y estremecedores que cesaron al poco rato. Nunca más volvieron a ver al noruego ni a escuchar a la bestia. Tampoco nadie se atrevió a subir de nuevo al desván.
¿Queréis saber qué ocurrió tras la puerta? ¿Seguro?
Cuando el noruego abrió, pudo ver el ojo de Olav, su enorme y bravo timonel. El ojo se veía también reflejado en un espejo, dando la impresión de pertenecer a la misma cabeza, porque el otro ojo de Olav llevaba años cubierto por un parche. Ambos siguieron hablaron a gritos en su idioma, mientras el ballenero le contaba a su encerrado amigo que aquellas miedosas gentes le habían dado tanto dinero que podrían volver a tomar un barco y dedicarse a la pesca. Juntos encontraron la forma de escapar del desván, subir al carro y desaparecer para siempre.
Y así, el miedo, y sólo el miedo, empobreció a todo el pueblo y permitió recuperarse a los pescadores. Tal y como sigue ocurriendo hoy con muchas de nuestras cosas, en las que un miedo sin sentido nos lleva a hacer tonterías, e incluso permite a otros aprovecharse de ello.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

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 La lectura de esta semana es "Un diálogo de besugos" no tiene que ver nada con el pescado, sino más bien consiste en mantener una conversación en la que, o las personas que participan en ella no se escuchan la una a la otra o que, directamente, se mantiene una conversación inútil y sin sentido. 

Este de más abajo esta tomado de http://seronoser.free.fr/bruguera/dialogosparabesugos.htm
   


− Buenos días.
− Buenas tardes.
− ¿Tienen ustedes violines desafinados?
− ¿Cómo desafinados, oiga? Es la primera persona que pregunta por violines desafinados. Si los toca, van a parecer una gaita.
− Es para mi sobrino.
− ¿Le cae gordo su sobrino?
− No. Pero el pobre desafina cantidad musical, y así, con un violín desafinado, podrá darle la culpa al instrumento.
− ¡Qué buena idea! ¿Es suya?
− Sí, y en casa tengo más
− ¿Tiene más ideas?
− Y que no falten. Yo siempre he sido muy ideota. ¿Usted no tiene ideas?
− ¡No tiene usted idea de mis ideas! Yo ideo mucho.
− ¿Y qué idea?
− Ideas. Si ideara garbanzos ya no idearía garbanzos porque ya están ahí.
− ¿Tiene garbanzos? ¿Dónde?
− Ahí. Es un modo de decir que ya están ideados.
− Ah. Tiene usted un modo de decir “ahí” que es demasiado.
− Pues no me ha oído usted decir allá.
− ¡Ay, diga allá! Me muero de ganas de oírle decir allá.
− Me da un nosequé decir allá en público.
− Diga, diga.
− ¡Qué va usted a decir de mí si me oye decir allá…!
− No voy a decir nada. O quizá sí diré que usted es un señor que dice allá.
− Bueno, pues allá voy.
− Vaya, vaya.
− ¿Dónde quiere que vaya?
− Allá.
− Sí, señor. Para todos ustedes, voy a decir con mucha ilusión, “allá”.
− Sí, pero no se vaya allá. Diga allá aquí.
− Es que es el mejor sitio para decir allá, es allá.
− ¿Por qué Allá?
− Porque allá suena mejor allá que aquí.
− ¿Cómo suena aquí?
− ¿Aquí?
− Allá.
− Allá, aquí suena allá.
− ¿Y allá?
− ¿Aquí, allá?
− No, allá, allá.
− Allá, allá suela así:
− ¿Suena así? ¡Pues si que suena raro allá!
− Allá no suena así.
− Me acaba de decir que allá allá suena así. U así no se parece en nada a allá, se diga allá, se diga aquí o se diga ahí.
− Me ha interpretado mal. He dicho, dos puntos.
− ¿Ha dicho dos puntos? ¿Cuándo ha dicho dos puntos?
− ¡Ahora! Y no me interrumpa.
− Si me empieza a decir cosas que no me ha dicho, me lía.
− Yo he dicho que allá suena así, dos puntos.
− ¿Que allá suena así dos puntos?
− Allá, allá suena así. Dos puntos. Y ahora digo como suena allá allá. ¿Me entiende?
− ¡Ah! Los dos puntos no es un sonido, es una puntuación ortográfica.
− Pues, empiezo. Voy a decirles con todo mi corazón allá. Atención: ¡Allá!
− La verdad, ese allá se podía decir desde aquí. Es un allá corrientito…
− Vaya a escucharlo allá y verá como allá suena mejor allá.
− Voy allá. Buenos días.
− Buenas tardes.



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Hoy un cuento corto, muy corto......

El dinosaurio 

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.




Augusto Monterroso 

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Un diálogo curioso entre una madre y un hijo
-          - ¡Mamá, dame cinco euros!
-          - ¡Cuatro euros! ¿Para qué quieres tú tres euros, si con dos tienes bastante?¡Toma un euro y lo repartes con tu hermana!
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El Ratón



Agarró el tenedor con el que estaba comiendo en ese momento y dio un golpe contundente sobre la mesa.
-¡Por allí, lo acabo de ver!
Y salió disparado tras un ratón que, según él, se había pasado toda la semana riéndose a su costa. Mi abuelo era un ser impetuoso. Tanto como para empezar a dar golpes en la pared con un tenedor a fin de asustar al pequeño roedor lo suficiente para que saliese ondeando un retalillo blanco entre sus dientes diminutos.
Evidentemente eso no sucedió, y mientras él seguía aporreando la pared yo buscaba algún orificio por el que pudiese haber salido o entrado un hipotético ratón.
- Abuelo, no puede ser.
-Ese bandido me despierta por las noches, se pasea por el desván y oigo sus pasos como si fuera una estampida de búfalos. Se come el alpiste de mis pájaros. ¡Y luego querrá comerse mi queso!, ¡Y mis calcetines!
Las pocas ocasiones en las que conseguía reducir su furia senil con alguna historia que lo distrajese, veía cómo su mirada se dirigía lentamente hacia las paredes y seguía un trazado perfecto. Un recorrido posible de un ratón hipotético. Dos días más tarde, en mi siguiente visita, el recorrido de su mirada se encontraba tallado en la pared. Mi abuelo sujetaba con fuerza en sus manos un martillo y una escarpa con los que había dejado al aire toda la instalación eléctrica de la habitación.
-Ahora no escapará- sentenció mientras contemplaba su obra y recuperaba el resuello.
Una semana después, una ambulancia se lo llevaba por haber inhalado demasiado veneno para roedores. Pero eso no le detuvo. Al volver a casa, unos días más tarde, le vi aparecer con una jaula gigantesca en la cual -todavía no se cómo pudo hacerlo- había encerrado a todos los gatos callejeros del barrio. Se había agenciado un guante de malla y andaba lanzando mininos asustados hacia el interior de su casa. Mi abuelo se curvaba con una risa maliciosa cada vez que cerraba la puerta tras lanzar a un pobre gato al recibidor. Aquello superó cualquier cosa que hubiera imaginado. Me lancé sobre su brazo y le aparté de la puerta.
-¿Se puede saber qué demonios estas haciendo? ¡Te has vuelto loco!
Abrí las puertas de la casa de par en par y ahuyenté a todos los gatos que encontré. Saltaban por encima de los sofás hasta dar con la puerta hacia su libertad, truncada por un breve periodo por un chiflado enjuto y de pelo blanco.
A partir de entonces el asedio fue implacable: Inundó las paredes de agua hasta que la pintura y el yeso saltaron como escamas de pez. Llenó el suelo de trampas para ratones. Cuando se cansó de pisar trampas, rociaba escamas de queso por el suelo y se sentaba en un rincón armado con un escurridor de verduras, respirando sin hacer ruido, esperando la salida del pequeño roedor. Dejó de comer y se despertaba de madrugada para atacar las paredes. Las insultaba y golpeaba. Gritaba que algún día se las haría pagar todas juntas. Dos semanas más tarde, mis padres decidieron internarle en el ala psiquiátrica del hospital de las Hermanas de la Caridad.
Sus nervios se controlaron. Poco a poco su fijación dejó paso a un buen humor y a una distensión de ánimo que yo no había visto en años. En una de mis visitas, me confesó algo que no esperaba oír.
- Hemos hecho una tregua. -Anunció- Un pequeño pacto entre caballeros. Algo así cono quedar en tablas.
-¿En tablas? ¿Un pacto… ¿De que me estás hablando, Abuelo?
- ¡El Ratón! -Increpó en voz baja- Hemos sellado un pacto de no agresión. ¿Ves? Yo le doy queso y le dejo vivir a su aire y él respeta mi sueño por las noches.
Dicho esto sacó un pequeño trozo de queso del bolsillo de su bata y apoyó sus manos a modo de cuenco sobre el regazo con la diminuta bola en ellas. Antes de que pudiese darme cuenta, un hociquillo asomaba por el horizonte de sus piernas postradas sobre la cama, persiguiendo el aroma del botín que se le ofrecía. Subió sobre las manos de mi abuelo, que lo alzó a la altura de sus ojos y lo giró hacia donde yo me encontraba.
- Este es mi nieto Carlos. ¡Anda, salúdale!

Archivado en: Cuentos — Rakel Archer @ 2:10 pm

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Esta semana un cuento con mensaje, espero que os guste.

Un encargo insignificante


El día de los encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.

Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de sentirse desilusionada.
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante:

- Convertiré este pequeño encargo en algo grande -decía Rita.

Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudió todo lo referente a sus hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado...

Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo:

- Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!.

Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó fue Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo grande" .

Autor.. Pedro Pablo Sacristán



Esta semana un más cuentos, uno aportado por Raúl y otro de Natalia, muchas gracias por la aportación.

EL CONEJO MIEDOSO

     

Había una vez un conejo que siempre tenía miedo. Un conejo miedoso que se asustaba durante el día porque había mucha luz, y durante la noche a causa de la oscuridad. El zorro estuvo a punto de atraparlo una vez, y en otra ocasión lo persiguió un búho, por lo que apenas se atrevía a salir de la madriguera.
Pero una noche, como tenía mucha hambre, se aventuró hasta el lindero del bosque y se metió en un campo de tréboles. De pronto se llevó un susto enorme… vio una gran lechuza posada sobre la rama de un árbol y se dio cuenta de que le estaba mirando con sus ojos verdosos y brillantes.
-Me alegro mucho de que hayas venido, querido conejito –dijo la lechuza con amabilidad, y añadió-: ¡No sabes cuántas ganas tengo de comerte conejito!
El conejo se acurrucó entre los árboles y apenas podía moverse, a causa del gran miedo que sentía y que agarrotaba sus patitas.
Pero cuando volvió a levantar la vista hacia el lugar donde le acechaba, vio las estrellas que brillaban en el cielo, sobre el bosque.
-Mi querida señora lechuza…-murmuró con voz trémula-. Estoy muy flaco… ¡Acaso no preferiría unas palomas para la cena? Si se molesta en levantar la cabeza verá siete palomas cruzando el cielo.
-¿Por dónde? –gruñó la lechuza mientras alargaba el cuello.
El conejito señaló hacia siete hermosas estrellas que estaban muy cerca unas de otras.
La estúpida lechuza se relamió mientras pensaba: <<¡Tengo que cogerlas!>> Comenzó a volar hacia arriba, mientras que el conejito volvía corriendo al bosque y se metía en su madriguera, donde se encontró seguro.

Úrsula Wölfel


Aportado por Raúl

EL 4 AMBICIOSO



Había un 4 que quería ser un 5 porque creía que era mejor ser la mitad de 10 que la mitad de 8. En cada mano había 5 dedos, se decía. Y también en cada pie. Ser la mitad de 8 le parecía una porquería. Además, el 5 con sus curvas y contracurvas, podía hacerse pasar por un cisne. Quería ser un 5.
Pero aquel 4 vivía solo en la página de un cuaderno por la que nunca pasaban otros números.
No tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí, aunque tampoco le importaba. Su única preocupación, su único sueño, era convertirse en un 5 para ser al menos la mitad de 10.
Un día pasó por allí un 1. El 4 sabía que si lograba tragarse aquel 1 se convertiría en un 5, por lo que se acercó y le invitó a que se sentara sobre él, haciéndose pasar por una silla.

- ¡Pero si eres un 4! dijo el 1.
- Tengo aspecto de 4, pero soy una silla. Siéntate en mí y descansa. 

El 1 se sentó y el 4 se lo tragó en un abrir y cerrar de ojos, convirtiéndose en un 5. Una vez convertido en un 5, comprendió que no se conformaría con ser la mitad de 10. Ahora quería ser un 10 completo, pues todo en este mundo, a excepción de los huevos se contaba de 10 en 10. Nadó, pues, como un cisne por entre las hojas del cuaderno en busca de otro 5 que llevarse a la boca.
Encontró un 5 en la página 7 del cuaderno, pero no puedo tragárselo, como al 1, pues era muy voluminoso. Entonces se ofreció a ser tragado, ya que estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de ser un 10, pero él tampoco cabía en otro 5.
Desesperados, los dos cincos acudieron al número 9, que tenía fama de sabio por el tamaño de su cabeza, y le plantearon el problema.

- Tenéis que acudir a un cirujano, para que os haga una operación les dijo el 9.

En una página cercana había un 7 que tenía fama de ser un buen cirujano.
- Queremos que nos conviertas en un 10 le dijeron

- Para eso hay que operar.

- ¿Qué clase de operación? -Le preguntaron-

El cirujano, que estaba un poco borracho, dijo.

- Ahora mismo no sé si se trata de una suma o de una resta. 

Consultó un libro y al poco dijo:

- Hay que restar.

El cirujano puso a los dos cincos en fila y colocó entre ellos el signo menos, de este modo:

5-5=

Inmediatamente, como por arte de magia, apareció un 0 al otro lado: 5-5=0
El cirujano comprendió que se había equivocado de operación y, cogiendo el cero con asco entre los dedos, lo tiró por la ventana.
El cero cayó de canto y rodó hasta precipitarse fuera del cuaderno, o fuera de la realidad, sin que se volviera a saber nada de él.




De Natalia



Erase una vez una niña que se llama Lisa que tiene un hermano que se llama Bart y le gustaba jugar con el monopatín  y un día Bart se quiso ir de su casa porque solamente la querían a Lisa porque Bart lo  pensaba y se fue y Lisa le dijo:
¡Bart! Exclamo Lisa.
Bart lo primero que hizo ir a decídselo a sus padres y Bart salió corriendo por las escaleras y Bart se lo dijo a sus padres:
¡Mama, mama! ¡Papa, papa!  dijo Bart.
 Su madre y su padre le dijeron. ¿Qué pasa Bart? Bart dijo a sus padres que Lisa a vía hablado y lo primero que hicieron subir por las escaleras corriendo.
Y mientras Bart se escapo de casa y un día Lisa se le encontró con el monopatín y Bart se cayó al suelo y lisa le ayudo y le puso: una tirita y un vendaje y Bart la dio dos besos y la dijo:
Te quiero Lisa.
Y al final Bart a prendió la lección a no ir se de casa.

Natalia de 5ºB




UN CUENTO DE HADAS
·      LOS 3 DESEOS



Erase una vez una niña que se llamaba Raquel, vivía en un pueblo llamado Tornadizos. Ella iba todas las mañanas de verano con su bicicleta hasta la estación que estaba como a 2600 m del pueblo. Una mañana Raquel se levanto y se fue con la bicicleta como a las 10 y 30. Cuando faltaba muy poco se encontró con las vacas de Borja que se le habían escapado por la noche y como estaba muy enfadada porque estaba tomando el tiempo para haber cuanto tardaba del pueblo hasta la estación sin parase pues la jorobo mucho y en voz alta dijo - ¡OJALA SE VAYAN ESTAS VACAS POR DONDE HAN VENIDO! Y de a repente desaparecieron todas y, Raquel se quedo muy sorprendida y no sabia que había pasado cuando llego a la estación se sentó encima de una piedra para beber un poco de agua de repente sintió que algo estaba allí. 
Era un hada con el pelo rubio, ojos azules, con un vestido rosa y unas manoletinas de color blanco era muy guapa llamada Estrella.
El hada la dijo a Raquel que la podía conceder 3 deseo pero eso deseos no podían ser de amor ni de amistad.
A la mañana siguiente unos chicos del pueblo la pidieron que si por favor podía jugar a fútbol sala con ellos por que necesitaban por lo menos 2 chicas y entonces Raquel dijo que si porque su deporte favorito era el fútbol aunque ella pensaba que era muy mala. Al día siguiente de decírselo fue ha buscar a la hada que vivía por el camino según ibas a la estación y ella contó todo lo que la paso y entonces decidió pedir su primer deseo ,que era ser la mejor del jugadora del campeonato que en empezaba el lunes . Así fue juego el lunes jugo todo el partido y metió dos goles, luego todo el mundo la felicitaba por el partido que había jugado y el viernes terminaba el campeonato, el sábado la alcaldesa Mª Isabel la entrego el premios a la mejor jugadora del campeonato.
Después de 2 semanas, Raquel se monto en la bicicleta con Sergio y como iban los dos en una bicicleta pues se cayeron y Raquel se hizo mucho daño porque al caer se raspo toda la espalda y Sergio se hizo un corte en la pierna y como la dolía mucho la pido el segundo deseo que era que se la curara todo y no la quedaran marcas y ase sucedió al día siguiente ya no tenia ningún rasguño
Al mes siguiente Raquel tenia un examen de recuperación, Raquel la pidió que a la hada que por favor que aprobara el examen de lengua ya que había estado todo el verano estudiando y llego el día y Raquel se presento al examen y le aprobó.
Como ya Raquel había gatada todos sus deseo pues el hada se despidió de ella y Raquel nunca supo mas del hada e investigó por todo el camino del pueblo a la estación
                                                    
                                                                    Natalia Rodríguez.




La silla


Había una vez un chico llamado Mario a quien le encantaba tener miles de amigos. Presumía muchísimo de todos los amigos que tenía en el colegio, y de que era muy amigo de todos. Su abuelo se le acercó un día y le dijo:
- Te apuesto un bolsón de palomitas a que no tienes tantos amigos como crees, Mario. Seguro que muchos no son más que compañeros o cómplices de vuestras fechorías.
Mario aceptó la apuesta sin dudarlo, pero como no sabía muy bien cómo probar que todos eran sus amigos, le preguntó a su abuela. Ésta respondió:
- Tengo justo lo que necesitas en el desván. Espera un momento.
La abuela salió y al poco volvió como si llevara algo en la mano, pero Mario no vio nada.
- Cógela. Es una silla muy especial. Como es invisible, es difícil sentarse, pero si la llevas al cole y consigues sentarte en ella, activarás su magia y podrás distinguir a tus amigos del resto de compañeros.
Mario, valiente y decidido, tomó aquella extraña silla invisible y se fue con ella al colegio. Al llegar la hora del recreo, pidió a todos que hicieran un círculo y se puso en medio, con su silla.
- No os mováis, vais a ver algo alucinante.
Entonces se fue a sentar en la silla, pero como no la veía, falló y se calló de culo. Todos se echaron unas buenas risas.
- Esperad, esperad, que no me ha salido bien - dijo mientras volvía a intentarlo.
Pero volvió a fallar, provocando algunas caras de extrañeza, y las primeras burlas. Marió no se rindió, y siguió tratando de sentarse en la mágica silla de su abuela, pero no dejaba de caer al suelo... hasta que de pronto, una de las veces que fue a sentarse, no calló y se quedó en el aire...
Y entonces, comprobó la magia de la que habló su abuela. Al mirar alrededor pudo ver a Jorge, Lucas y Diana, tres de sus mejores amigos, sujetándole para que no cayera, mientras muchos otros de quienes había pensado que eran sus amigos no hacían sino burlarse de él y disfrutar con cada una de sus caídas. Y ahí paró el numerito, y retirándose con sus tres verdaderos amigos, les explicó cómo sus ingeniosos abuelos se las habían apañado para enseñarle que los buenos amigos son aquellos que nos quieren y se preocupan por nosotros, y no cualquiera que pasa a nuestro lado, y menos aún quienes disfrutan con las cosas malas que nos pasan.
Aquella tarde, los cuatro fueron a ver al abuelo para pagar la apuesta, y lo pasaron genial escuchando sus historias y tomando palomitas hasta reventar. Y desde entonces, muchas veces usaron la prueba de la silla, y cuantos la superaban resultaron ser amigos para toda la vida.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Más historias esta semana. Sergio ha traído un cuento pero es muy largo para ponerlo aquí. Se lo podéis pedir a él. 
Cuento aportado por Jorge:

La parte más importante


Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo.
A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta.
Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije,
- "Mis oídos, Mamá".
Ella dijo: "No, muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente. Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo."
Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la respuesta correcta. Y es así que le dije:
- "Mamá, la vista es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos."
Ella me miró y me dijo,
- "Estás aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es correcta porque hay muchas personas que son ciegas, y salen adelante aun sin sus ojos".
Continué pensando cuál era la solución. A través de los años, mi madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas la suya era: "No, pero estás poniéndote más inteligente con los años, pronto acertarás".
El año pasado, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto sobre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar. Mi madre me miraba cuando fue el momento de dar el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó,
- "No sabes todavía cuál es la parte más importante del cuerpo, hijo?".
Me asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese era un juego entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo,
- "Esta pregunta es muy importante. Para cada respuesta que me diste en el pasado, te dije que estabas equivocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo."
Ella me miraba como sólo una madre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces cuando apoyada en mí, me dijo,
- "Hijo, la parte del cuerpo más importante es tu hombro".
Le pregunté, "¿Es porque sostiene mi cabeza?", y ella respondió,
- "No, es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hijo mío.
Yo sólo espero que tengas amor y amigos, y así siempre tendrás un hombro donde llorar cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo."



La sopa de letras


Había una vez un villano muy malvado y desagradable, que sólo pensaba en ganar dinero y al que ver contento a alguien le molestaba muchísimo. Y lo que menos aguantaba era que las personas fueran educadas y corteses al hablar, y pidieran las cosas por favor, dijeran "gracias" y "de nada", y sonrieran al decir algo. El villano pensaba que todas esas palabras eran un gasto inútil y no servían para nada, así que dedicó mucho tiempo a inventar una gran máquina de robar palabras.
Con su máquina, planeaba robar todos los "por favor", "gracias" o "de nada" que la gente dijera, convencido de que nadie lo notaría, para luego separar las letras y venderlas a los fabricantes de libros.
Así que cuando encendió su máquina, todo el mundo abría la boca para ser amable y educado, pero no decía nada, y todas aquellas palabras robadas iban a parar a la gran máquina. Tal y como esperaba, al principio no pasó nada, parecía que la gente no necesitaba ser cortés. Pero al poco tiempo, la gente se empezó a sentir siempre de mal humor, haciendo todas las cosas de mala gana, y todos pensaban que estaban hartos de que los demás fueran siempre con exigencias, así que en unos días todo el mundo se enfadaba y se peleaba por cualquier cosa.
El villano estaba terriblemente contento de su éxito, pero no contaba con unas niñas muy especiales. Aquellas niñas era mudas y tenían que hablar por signos. Y como la máquina no podía robar gestos, las niñas seguían siendo amables y corteses, y en seguida se dieron cuenta de lo que pasaba con el resto de la gente, y descubrieron los planes del villano.
Así que las niñas le siguieron hasta su guarida en lo alto de una colina junto al mar, donde encontraron la enorme máquina almacenando letras y letras. Aprovechando que el villano dormía la siesta, se acercaron a la máquina y empezaron a ser corteses y amables entre ellas. La máquina no podía robar aquellas palabras, y empezó a sufrir una gran sobrecarga, tan grande, que la máquina no pudo soportarla, y explotó, lanzando al cielo todas las letras guardadas, formando una lluvia de letras que fueron cayendo poco a poco, hasta acabar en el mar. Entonces todos pudieron volver a ser amables y corteses, y los enfados y peleas acabaron, demostrando que los buenos modales son muy útiles para mantener más unidas y felices a las personas.
Y así fue como surgió la primera sopa de letras, que dio la idea a las niñas para montar una fábrica de sopas de letras con la que tuvieron muchísimo éxito.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán


Esta semana partida doble. “A correr” facilitado por Carla y otro, “Una puerta al mundo”, de tortugas.


A CORRER



Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su pequeño hijo, ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, sólo por el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.
Una mañana de un día espléndido salieron a correr; estaban muy felices cuando de repente, el pequeño caballo tropezó y cayó rodando. Su padre se detuvo de inmediato para ver qué le había sucedido.
Se acercó a él, pero el pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su padre:
-Siento que no me podré volver a levantar, estoy muy lastimado de una pata.
-Hijo, estás equivocado, algunos animales como nosotros caen; pero vuelven a levantarse y tú te levantarás, porque tú no tienes nada roto tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a caminar y a correr como siempre lo has hecho. No permitas que tu mente te haga tomar una decisión equivocada, creyendo que porque has caído no podrás levantarte. Yo te ayudaré a hacerla, porque yo pediré tu ayuda cuando caiga y necesite levantarme igualmente.
-Pero padre, ¿cómo te ayudaría a levantar si soy tan pequeño?
-Hijo, no se necesita fuerza física para dar esa clase de ayuda, sólo se requiere un gran amor. Esa es la clase de ayuda que necesitamos, sentirnos apoyados por nuestros seres más queridos y yo te amo mucho; por esa razón te digo que te levantes, porque aún hay muchos caminos que recorrer juntos.
Y nuestro pequeño caballito se levantó, se sacudió el polvo, empezó a caminar junto a su amado padre y pronto empezaron a correr como era su costumbre.
CAERSE no es lo importante, lo importante es LEVANTARSE cuantas veces sea necesario.
Anónimo.

Una puerta al mundo


Alberto era un niño que se moría por los ordenadores y los juegos. Podía pasar horas y horas delante de la pantalla y, a pesar de que sus padres no creían que fuera posible, él disfrutaba de verdad todo aquel tiempo de juego. Casi no se movía de la silla, pero cuando se lo decían, cuando otros le animaban a dejar aquello y conocer el mundo, él respondía: "ésta es mi puerta al mundo, aquí hay mucho más de lo que pensáis".
De entre todos sus juegos, había uno que le gustaba especialmente. En él guiaba a un personaje recogiendo tortuguitas por infinidad de niveles y pantallas. En aquel juego era todo un experto; posiblemente no hubiera nadie en el mundo que hubiera conseguido tantas tortuguitas, pero él seguía queriendo más y más y más....
Un día, al llegar del cole, todo fue diferente. Nada más entrar corrió como siempre hacia su cuarto, pero al encender el ordenador, se oyeron unos ruidos extraños, como de cristales rotos, y de pronto se abrió la pantalla del monitor, y de su interior empezaron a surgir decenas, cientos y miles de pequeñas tortuguitas que llenaron por completo cada centímetro de la habitación. Alberto estaba inmóvil, sin llegar a creer que aquello pudiera estar pasando, pero tras pellizcarse hasta hacerse daño, apagar y encender mil veces el ordenador, y llamar a sus padres para comprobar si estaba soñando, resultó que tuvo que aceptar que ese día en su casa algo raro estaba sucediendo.
Sus padres se llevaron las manos a la cabeza al enterarse, pero viendo que las tortuguitas no iban más allá de la habitación de Alberto, pensaron que sería cosa suya, y decidieron que fuera él quien las cuidara y se hiciera cargo de ellas.
Cuidar miles de tortuguitas de un día para otro, y sin haberlo hecho nunca, no era tarea fácil. Durante los días siguientes Alberto se dedicó a aprender todo lo relativo a las tortugas; estudió sus comidas y costumbres, y comenzó a ingeniárselas para darles de comer. También trató de engañarlas para que dejaran su cuarto, pero no lo consiguió, y poco a poco fue acostumbrándose a vivir entre tortugas, hasta el punto de disfrutar con sus juegos, enseñarles trucos y conocerlas por sus nombres, a pesar de que conseguir tanta comida y limpiar todo el día apenas le dejaba tiempo libre para nada. Y todos, tanto sus padres como sus amigos y profesores, disfrutaban escuchando las historias de Alberto y sus muchos conocimientos sobre la naturaleza.
Hasta que llegó un día en que no se acordaba de su querido ordenador. Realmente disfrutaba más viviendo junto a sus tortugas, aprendiendo y observando sus pequeñas historias, saliendo al campo a estudiarlas, y sintiéndose feliz por formar parte de su mundo. Ese mismo día, tal y como habían venido, las tortuguitas desaparecieron. Al saberlo, sus padres temieron que volviera a sus juegos, cuando era mucho más triste y gruñón, pero no fue así. Alberto no soltó una lágrima, ni perdió un minuto buscando tortugas entre los cables y chips del ordenador, sino que tomando la hucha con sus ahorros, salió como un rayo a la tienda de mascotas. Y de allí volvió con una tortuga, y algún que otro animal nuevo, a quien estaba dispuesto a aprender a cuidar.
Y aún hoy Alberto sigue aprendiendo y descubriendo cosas nuevas sobre la naturaleza y los animales, incluso utilizando el ordenador, pero cada vez que alguien le pregunta, señala a sus animalitos diciendo, "ellos sí que son mi puerta la mundo, y en ellos hay mucho más de lo que pensáis".

Autor.. Pedro Pablo Sacristán





Ya vamos con el cuarto cuento, es este:

La maldición de los Mentirukis




Los mentirukis no siempre se llamaron así. No es que se pasaran la vida contando mentiras, sólo las utilizaban de vez en cuando para engañar a los viajeros y quedarse con sus joyas. Eso fue lo que los condenó, pues sin saberlo, tramaron un engaño contra un gran mago. Y éste, al descubrirlo, lanzó una gran maldición sobre todos los del pueblo: ni un sólo día podrían acostarse sin haber dicho una mentira.
No parecía una maldición tan terrible, teniendo en cuenta que sólo se trataba de una mentira al día, pero sus efectos resultaron desastrosos. ¡Todos mentían todos los días! Así que no había manera de fiarse de ellos, ni de saber si hablaban en serio, si irían adonde decían o pagarían lo que prometían. Los engaños y enfados entre ellos eran constantes, y el ambiente en el pueblo se volvió insoportable. Finalmente, se acostumbraron a todo aquello, y los mentirukis, como empezaron a llamarlos, se ganaron la peor fama del mundo, pues además de mentirosos, se les consideraba tramposos y ladrones. Y así siguió siendo durante siglos...
Panta fue el primer mentiruki que trató de liberarse de la maldición. Le parecía increíble que una sola mentira al día pudiera provocar aquel caos, y buscó por todas partes la forma de pararlo. Consultó los grandes libros de la magia, habló con guardianes de la luz y suplicó ayuda a las brujas negras, pero todo era inútil: sólo el mago que inició la maldición tenía poder para terminarla.
Panta no se rindió, pues deseaba con todas sus fuerzas poder tener amigos de los que fiarse, y conseguir que ellos también pudieran fiarse de él. Y entonces, se le ocurrió un experimento: ¿qué pasaría si sólo decía mentiras?
Cuando probó su idea, algunos pensaron que se había vuelto loco, pero no tardaron en comprender qué era lo que pretendía, y en unos pocos días, Panta se convirtió en el primer mentiruki en quien se podía confiar. Y aquello resultó ser un alivio para el resto de los mentirukis, pues llevaban toda la vida deseando tratar con alguien que no fuera a mentirles en cualquier momento. Todos confiaban a Panta sus negocios y temas importantes, y antes de darse cuenta, Panta el Sincero se había convertido en el más famoso y querido de los mentirukis. Viendo las ventajas que tenía la vida desde el lado honrado, y hartos de su mentira de cada día, los mentirukis comenzaron a seguir el ejemplo de Panta, y se pasaron al grupo de los que hablaban al revés, y todo lo que decían era mentira.
Así siguieron viviendo los mentirukis durante muchos años, hasta que aquella historia se transformó en leyenda y luego se olvidó. Y el único recuerdo que quedó de la maldición fue un extraño idioma que parecía hablarse al revés, y un cuidado muy especial por no decir ni una sola mentira, pues nadie mejor que los mentirukis sabe que hasta las más pequeñas mentiras tienen poder para estropearlo todo.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán




Os dejo el tercero facilitado por Carla, gracias Carla.

LA HISTORIA DE ISÓSCELES EL TRIANGULO

Erase una vez un niño llamado Isósceles. Se mudó a un pueblo llamado Pocomás. Estaba emocionado pues asistiría a una nueva escuela, este cursaba el quinto grado.
En su primer día de clases su maestra, llamada Geometría, presentó a todos sus compañeros de clase, por sus nombres, entre ellos se encontraba un niño llamado Cuadrado, otro Rectángulo, también Trapecio, Rombo y Paralelogramo.  Isósceles miró a todos lados, y se percató que sus compañeros eran muy diferentes a él.
La maestra asignó que escribieran sobre su familia y que construyeran su árbol familiar.  Isósceles fue a su casa y le narró a su mamá lo sucedido.
 “ Hijo mío, te contaré la historia de nuestra familia y construirás tu árbol familiar”. “Mi padre,( tu abuelo), se llamaba Rectángulo, era un hombre de carácter fuerte y muy recto en sus ideas. Mis hermanos, muy diferentes y opuestos en sus pensamientos. Tenían por nombres Obtusángulo y  Acutángulo, este último era un niño hermoso por  sus facciones perfectas. Tu padre, Escaleno, proviene de una familia muy pequeña. Su padre se llamaba Equilátero, fue un gran hombre, con valores incalculables y muy justo con el prójimo.
“Mamá” , preguntó Isósceles,” “Porqué yo no me parezco a mis compañeros de clase. Ellos son más corpulentos y más fuertes que yo”.
  " Isósceles, no todos pertenecemos a la misma  familia, ni llevamos el mismo apellido”. ” Posiblemente ellos pertenecen a la familia de los Cuadriláteros” . Sí, mamá,”También me he dado cuenta , que nosotros nos parecemos pero no somos iguales, mi abuelo y mi papá son diferentes a mí. “ Hijo,contestó su madre, nosotros pertenecemos a una misma familia llamada Triángulos, aunque nos parecemos en nuestra apariencia, no somos iguales”.
“Nadie en el mundo es exactamente igual a otra persona”.
Isósceles pensó en la forma más rápida de construir su árbol familiar y diseño el siguiente diagrama.

 

De esta manera Isósceles construyó su árbol familiar y lo presentó a su maestra, la Sra. Geometría. Ella quedó muy complacida con su trabajo. La maestra les explicó que no todas las familias son iguales, ni su número de componentes tampoco.
 Sus compañeros de clase comprendieron porque, Isósceles era diferente a ellos. Isósceles tuvo muchos amigos y comprendió que debemos amar al prójimo sin establecer diferencias.

FIN





Los malos vecinos



Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó:
- ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando descaradamente!
Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó a planear su venganza.
Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó las casas de los dos vecinos...
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie...
Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán






Este es el primero.

El viejo gruñón 





El viento soplaba con fuerza moviendo los árboles del parque: varios abetos, dos acacias, dos moreras y unos cuantos falsos plátanos.
El parque era muy pequeño, pero disponía de todo lo que tiene que tener un parque: árboles, césped, farolas, muchos asientos, un pequeño espacio para el ocio infantil, con su tobogán y sus columpios y dos fuentes.
El viejo gruñón miró por el ventanal del comedor, lugar desde el que se divisaba cómodamente sentado en el sofá la mayor parte del pequeño parque.
-¡Vaya, hoy no hay perros¡ ¡Malditos animales¡ El viejo gruñón, no es necesario decirlo, odiaba a los perros y por extensión a sus dueños. Desde la altura de su casa, parecía que el suelo del parque era llano como una hoja de papel, pero la única vez que bajó comprobó que el suelo inclinado no iba muy bien para su cojera. ¡En este parque sólo se ven perros! Sentenció, y no volvió a pisarlo.
El anciano vigilaba atentamente el parque a cualquier hora. Observaba si los dueños de los perros no cumplían con sus obligaciones higiénicas y entonces comenzaba la función:
¡Sinvergüenza! ¡No sabes que tienes que recoger la mierda del perrucho! ¡Así, así, ponle el morro que chupe bien la fuente para que luego vengan los niños y chupen también!
La verdad que el viejo gruñón en ocasiones llevaba bastante razón. Muchos dueños de los perros no cumplían con sus obligaciones: No les ponían bozal, no recogían las deposiciones que hacían, dejaban que chupeteasen las fuentes y los asientos, no impedían que orinasen en cualquier esquina del edificio…
Un día, el viejo gruñón, al salir de la puerta del piso, coincidió con los vecinos tomando el ascensor. Vio correteando por el suelo algo parecido a un ratón grande, que se desplazaba de aquí para allá como un coche teledirigido. Entraron juntos en el ascensor y no pudo por menos que fruncir el ceño cuando la dueña dio un amoroso beso en la boca al pequeño chihuahua.
-Vaya (pensó el viejo), lo que nos faltaba.
Hay que conocer los detalles para comprender la actitud del viejo gruñón. De niño un hijo del viejo gruñón fue operado de un quiste hidatídico, y ese hecho le puso muy en contra de los canes.
Tan famoso se había hecho en el barrio el viejo gruñón por su animadversión a los perros que muchos vecinos se dirigían a él con frases como esta:
- Es una vergüenza como dejan todo.
- No hay derecho. Había que quejarse al alcalde.
Con la llegada del buen tiempo, el viejo gruñón, que a pesar de la cojera andaba grandes trechos, gustaba pasear por la zona de nueva urbanización, entre el camino de los Royales y la Avenida de Valladolid. Es una zona estupenda para pasear, da el sol permanentemente, porque con la crisis no se han construido pisos pero se realizó la primera fase de urbanización y hay calles asfaltadas, aceras y jardines.
El viejo cierto día paseaba su soledad cuando un perro labrador de color amarillo sucio y nariz rosada comenzó a seguirle a distancia. El viejo gruñón se apercibió de su presencia miró con cierto desaire y continuó su camino. El perro le siguió con una mirada triste. El anciano miró una y otra vez. De haber tenido una piedra a mano se la hubiese lanzado, pero casualmente metió la mano en el bolsillo y había un pequeño mendrugo de pan. Se lo lanzó, el perro se lo comió y en sus ojos tristes se advirtió un brillo de agradecimiento. El viejo gruñón se puso contento y una sonrisa apareció entre las arrugas de su cara. El perro debía estar abandonado pero tenía algún cobijo. Al día siguiente el viejo volvió por el mismo camino, previamente había guardado en una bolsita unos huesos. Su corazón se alegró cuando vio a lo lejos al perro que comenzó a seguirle. El hecho se repitió durante toda la primavera.
No creamos que el viejo depuso su actitud, desde su atalaya, si advertía que alguien no recogía las cacas del perro o lo llevaba sin bozal, seguía gritando como un energúmeno:
¡Así, así no recojas la mierda, para que pueda revolcarse en ella cualquier niño! Pero ahora, después del comentario una sonrisa emergía en la cara arrugada del viejo gruñón recordando a su nuevo fiel amigo.

Dionisio Limon




Las tres rejas


El joven discípulo de un filósofo sabio llega a su casa y le dice:

-Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...

-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

-¿Las tres rejas? -preguntó su discípulo.

-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

-No. Lo oí comentar a unos vecinos.

-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

-No, en realidad no. Al contrario...

-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

-A decir verdad, no.

-Entonces... -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

FIN

Anónimo

Amigos


Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

"Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro".

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

"Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".

Intrigado, el amigo preguntó:

-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

FIN

Anónimo árabe


Los bomberos



Olegario no sólo fue un as del presentimiento, sino que además siempre estuvo muy orgulloso de su poder. A veces se quedaba absorto por un instante, y luego decía: "Mañana va a llover". Y llovía. Otras veces se rascaba la nuca y anunciaba: "El martes saldrá el 57 a la cabeza". Y el martes salía el 57 a la cabeza. Entre sus amigos gozaba de una admiración sin límites.

Algunos de ellos recuerdan el más famoso de sus aciertos. Caminaban con él frente a la Universidad, cuando de pronto el aire matutino fue atravesado por el sonido y la furia de los bomberos. Olegario sonrió de modo casi imperceptible, y dijo: "Es posible que mi casa se esté quemando".

Llamaron un taxi y encargaron al chófer que siguiera de cerca a los bomberos. Éstos tomaron por Rivera, y Olegario dijo: "Es casi seguro que mi casa se esté quemando". Los amigos guardaron un respetuoso y afable silencio; tanto lo admiraban.

Los bomberos siguieron por Pereyra y la nerviosidad llegó a su colmo. Cuando doblaron por la calle en que vivía Olegario, los amigos se pusieron tiesos de expectativa. Por fin, frente mismo a la llameante casa de Olegario, el carro de bomberos se detuvo y los hombres comenzaron rápida y serenamente los preparativos de rigor. De vez en cuando, desde las ventanas de la planta alta, alguna astilla volaba por los aires.

Con toda parsimonia, Olegario bajó del taxi. Se acomodó el nudo de la corbata, y luego, con un aire de humilde vencedor, se aprestó a recibir las felicitaciones y los abrazos de sus buenos amigos.

Mario Benedetti

La leyenda del rey Midas

El rey Midas era muy rico y muy codicioso. Deseaba tener más y más bienes materiales. Su mayor ambición era ser el Rey más rico del mundo.

Un día, Midas se encontró al dios Sileno, que estaba perdido en un bosque. El Rey ayudó a Sileno a encontrar el camino de regreso a sus dominios. Sileno, muy agradecido, le dijo a Midas:

- Pídeme el deseo que quieras y te será concedido al instante.
- Deseo que todo lo que toque se convierta en oro – respondió rápidamente el Rey.
- Pues si ese es tu deseo, se cumplirá desde ahora – dijo el dios, y se marchó.
El Rey enseguida quiso comprobar su nuevo poder y empezó a tocar las ramas de los árboles y las piedras del camino, y al momento se convirtieron en oro. Muy feliz, mandó a sus sirvientes que transportaran todo el oro a su gran palacio. Cuando se cansó, montó en su caballo, pero este se convirtió en una pesada estatua de oro. El Rey no tuvo más remedio que caminar hasta su palacio, seguido de lejos por sus criados, que temían que los tocara.
Por la noche, mandó que le prepararan una gran cena. Al tocar la comida, el plato, el vaso, la mesa..., todo se fue convirtiendo en oro. No pudo cenar, pero estaba contento pensando en el oro que tenía y en el que lograría al día siguiente. Así que se acostó.
Por la mañana, se despertó con el cuerpo dolorido porque la cama también se había convertido en una dura pieza de oro. Al soberano sintió mucha hambre y pidió un gran desayuno. Sus sirvientes se lo dejaron sobre la mesa y salieron corriendo. Desesperado, comenzó a comer un trozo de pan, pero en cuanto lo rozó con sus labios, cayó sobre la mesa convertido en oro, e igual le pasó con el agua. Angustiado y hambriento, llamó a sus criados, pero nadie acudió. Todos habían huido del palacio. Solo su gato favorito se acurrucó entre sus brazos y quedó convertido en estatua de oro.
Sin saber qué hacer, se refugió en su jardín, en el que el agradable aroma de las flores le llenaba de paz. Pero en cuanto acercó su nariz a un rosal, se
convirtió en oro y desapareció todo el olor. Desesperado, empezó a llorar y, por primera vez en su vida, maldijo el oro y el poder que le había sido concedido.
Mientras seguía sollozando, llegaron sus hijos de un largo viaje. Al verlo en ese estado, le abrazaron con todas sus fuerzas. Y al instante, se convirtieron en estatuas de oro. Entonces empezó a gritar:
- ¡Maldito oro! ¡Déjame vivir en paz! ¡Ten compasión de mí, Sileno, y quítame este poder! Por mi ambición me he convertido en el ser humano más solo y más desgraciado del mundo.
Apareció el dios y se apiadó de la desgracia del Rey. Le quitó el don que le había concedido y le dijo:
- Ahora, rey Midas, quiero que esto sirva de lección y comprendas que el oro no es lo más importante para ser feliz. La avaricia trae muchas desdichas. El querer poseer solo riquezas materiales, sea como sea, lleva a la propia deshumanización y a convertir a las personas más queridas en objetos.

El Rey reconoció su equivocación. Desde ese día, dejó de ser codicioso y empezó a compartir sus bienes con los más pobres. Y se convirtió en un Rey querido y respetado por otros.

Otro diálogo de besugos. 

Como os gustó tanto el "Diálogo de besugos", os pongo otro esta semana. Ya sabéis que no tiene que ver nada con el pescado, sino más bien consiste en mantener una conversación en la que, o las personas que participan en ella no se escuchan la una a la otra o que, directamente, se mantiene una conversación inútil y sin sentido. 

Este de más abajo esta tomado de http://seronoser.free.fr/bruguera/dialogosparabesugos.htm
   



 −Buenos días.
−Buenas tardes.
− ¿Éste es el avión que va a Tuatu, USA?
− ¿Cómo Tuatu? ¿Dónde está Tuatu?
− En Tuatu.
− ¿Y va usted a Tuatu?
− Yo voy a Miami.
− ¿Y cuando usted va a Miami pregunta por Tuatu? De cencerro para arriba. De alucine ministerial.
− Es que me da un nosequé decir Miami y pensé que si desde mí, voy a Miami, desde usted debo preguntar por Tuatu. Tuatu para usted es Miami para mí.
− Tuatu, para mí, es una imbecilidad aérea.
− ¿Y Miami?
− Miami es Miami.
− Bueno, empiezo. ¿Éste es el avión que va a Miami, USA?
− No. Éste va a Tuatu.
− ¿Cómo a Tuatu? ¿No me acaba de decir que Tuatu es una imbecilidad?
− Sí. Es que yo soy imbécil.
− Usted perdone.
− No, si no tiene usted la culpa.
− Es la primera vez que alguien se llama imbécil a sí mismo.
− ¿Usted nunca se llama imbécil?
− ¡Jamás!
− Y los demás ¿qué le llaman a usted?
− Depende.
− Es el primer tipo al que conozco que le llaman “Depende”.
− A mí nadie me llama Depende.
− Usted acaba de confirmarme que los demás le llaman “Depende”.
− He dicho Depende.
− Yo también he dicho Depende. Y su Depende es igual a mi “Depende”, señor Depende.
− ¡No me llame señor "Depende”! ¡Usted es un imbécil!
− Sí, ya se lo he dicho. Y usted es depende de la cabeza a los pies. Es más, más que depende es usted, es redepende. Toma depende.
− ¡Esto va a terminar mal! A mí no me gusta que me llamen lo que no soy.
− Pues a mí siempre me llaman cuando no estoy. Si estoy, como me ven, ya no me llaman. ¿A usted le llaman?
− ¿Quién me llama? No he oído nada.
− Encima de depende, es sordo. ¿Le llaman a usted cuando le ven?
− ¿Quién me ve? Oiga, aquí están pasando cosas rarísimas, no oigo que me llame nadie, no veo que me vea nadie, estoy con un imbécil. ¿Qué pasa?
− Está pasando el avión que va a Miami, Tuatu para usted y los demás dependes del mundo.
− ¿Se me escapa el avión?
− Se le escapa volando…
− Yo tenía que ir en ese avión. He venido a preguntárselo…
− ¿Ha venido a preguntarme si tenía que tomar ese avión? ¡Yo qué sé! ¿Usted no sabe lo que tiene que tomar?
− ¡Claro que sé lo que tomo!
− ¿Qué va a tomar?
− Yo deseaba tomar el avión para Miami.
− Pero…¡Esto es el bar del aeropuerto!
− Entonces tomaré bicarbonato con leche. Buenas tardes.
− Buenos días.

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El dinosaurio 

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.




Augusto Monterroso 


Un diálogo curioso entre una madre y un hijo




-  - ¡Mamá, dame cinco euros!
-  - ¡Cuatro euros! ¿Para qué quieres tú tres euros, si con dos tienes bastante?¡Toma un euro y lo repartes con tu hermana!


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Aitor pregunta que si se planta un libro de matemáticas las raíces son cuadradas. 


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El Ratón



Agarró el tenedor con el que estaba comiendo en ese momento y dio un golpe contundente sobre la mesa.
-¡Por allí, lo acabo de ver!
Y salió disparado tras un ratón que, según él, se había pasado toda la semana riéndose a su costa. Mi abuelo era un ser impetuoso. Tanto como para empezar a dar golpes en la pared con un tenedor a fin de asustar al pequeño roedor lo suficiente para que saliese ondeando un retalillo blanco entre sus dientes diminutos.
Evidentemente eso no sucedió, y mientras él seguía aporreando la pared yo buscaba algún orificio por el que pudiese haber salido o entrado un hipotético ratón.
- Abuelo, no puede ser.
-Ese bandido me despierta por las noches, se pasea por el desván y oigo sus pasos como si fuera una estampida de búfalos. Se come el alpiste de mis pájaros. ¡Y luego querrá comerse mi queso!, ¡Y mis calcetines!
Las pocas ocasiones en las que conseguía reducir su furia senil con alguna historia que lo distrajese, veía cómo su mirada se dirigía lentamente hacia las paredes y seguía un trazado perfecto. Un recorrido posible de un ratón hipotético. Dos días más tarde, en mi siguiente visita, el recorrido de su mirada se encontraba tallado en la pared. Mi abuelo sujetaba con fuerza en sus manos un martillo y una escarpa con los que había dejado al aire toda la instalación eléctrica de la habitación.
-Ahora no escapará- sentenció mientras contemplaba su obra y recuperaba el resuello.
Una semana después, una ambulancia se lo llevaba por haber inhalado demasiado veneno para roedores. Pero eso no le detuvo. Al volver a casa, unos días más tarde, le vi aparecer con una jaula gigantesca en la cual -todavía no se cómo pudo hacerlo- había encerrado a todos los gatos callejeros del barrio. Se había agenciado un guante de malla y andaba lanzando mininos asustados hacia el interior de su casa. Mi abuelo se curvaba con una risa maliciosa cada vez que cerraba la puerta tras lanzar a un pobre gato al recibidor. Aquello superó cualquier cosa que hubiera imaginado. Me lancé sobre su brazo y le aparté de la puerta.
-¿Se puede saber qué demonios estas haciendo? ¡Te has vuelto loco!
Abrí las puertas de la casa de par en par y ahuyenté a todos los gatos que encontré. Saltaban por encima de los sofás hasta dar con la puerta hacia su libertad, truncada por un breve periodo por un chiflado enjuto y de pelo blanco.
A partir de entonces el asedio fue implacable: Inundó las paredes de agua hasta que la pintura y el yeso saltaron como escamas de pez. Llenó el suelo de trampas para ratones. Cuando se cansó de pisar trampas, rociaba escamas de queso por el suelo y se sentaba en un rincón armado con un escurridor de verduras, respirando sin hacer ruido, esperando la salida del pequeño roedor. Dejó de comer y se despertaba de madrugada para atacar las paredes. Las insultaba y golpeaba. Gritaba que algún día se las haría pagar todas juntas. Dos semanas más tarde, mis padres decidieron internarle en el ala psiquiátrica del hospital de las Hermanas de la Caridad.
Sus nervios se controlaron. Poco a poco su fijación dejó paso a un buen humor y a una distensión de ánimo que yo no había visto en años. En una de mis visitas, me confesó algo que no esperaba oír.
- Hemos hecho una tregua. -Anunció- Un pequeño pacto entre caballeros. Algo así cono quedar en tablas.
-¿En tablas? ¿Un pacto… ¿De que me estás hablando, Abuelo?
- ¡El Ratón! -Increpó en voz baja- Hemos sellado un pacto de no agresión. ¿Ves? Yo le doy queso y le dejo vivir a su aire y él respeta mi sueño por las noches.
Dicho esto sacó un pequeño trozo de queso del bolsillo de su bata y apoyó sus manos a modo de cuenco sobre el regazo con la diminuta bola en ellas. Antes de que pudiese darme cuenta, un hociquillo asomaba por el horizonte de sus piernas postradas sobre la cama, persiguiendo el aroma del botín que se le ofrecía. Subió sobre las manos de mi abuelo, que lo alzó a la altura de sus ojos y lo giró hacia donde yo me encontraba.
- Este es mi nieto Carlos. ¡Anda, salúdale!

Archivado en: Cuentos — Rakel Archer @ 2:10 pm

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Un encargo insignificante


El día de los encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.

Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de sentirse desilusionada.
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante:

- Convertiré este pequeño encargo en algo grande -decía Rita.

Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudió todo lo referente a sus hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado...

Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo:

- Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!.

Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó fue Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo grande" .

Autor.. Pedro Pablo Sacristán



EL CONEJO MIEDOSO

     

Había una vez un conejo que siempre tenía miedo. Un conejo miedoso que se asustaba durante el día porque había mucha luz, y durante la noche a causa de la oscuridad. El zorro estuvo a punto de atraparlo una vez, y en otra ocasión lo persiguió un búho, por lo que apenas se atrevía a salir de la madriguera.
Pero una noche, como tenía mucha hambre, se aventuró hasta el lindero del bosque y se metió en un campo de tréboles. De pronto se llevó un susto enorme… vio una gran lechuza posada sobre la rama de un árbol y se dio cuenta de que le estaba mirando con sus ojos verdosos y brillantes.
-Me alegro mucho de que hayas venido, querido conejito –dijo la lechuza con amabilidad, y añadió-: ¡No sabes cuántas ganas tengo de comerte conejito!
El conejo se acurrucó entre los árboles y apenas podía moverse, a causa del gran miedo que sentía y que agarrotaba sus patitas.
Pero cuando volvió a levantar la vista hacia el lugar donde le acechaba, vio las estrellas que brillaban en el cielo, sobre el bosque.
-Mi querida señora lechuza…-murmuró con voz trémula-. Estoy muy flaco… ¡Acaso no preferiría unas palomas para la cena? Si se molesta en levantar la cabeza verá siete palomas cruzando el cielo.
-¿Por dónde? –gruñó la lechuza mientras alargaba el cuello.
El conejito señaló hacia siete hermosas estrellas que estaban muy cerca unas de otras.
La estúpida lechuza se relamió mientras pensaba: <<¡Tengo que cogerlas!>> Comenzó a volar hacia arriba, mientras que el conejito volvía corriendo al bosque y se metía en su madriguera, donde se encontró seguro.

Úrsula Wölfel

La silla


Había una vez un chico llamado Mario a quien le encantaba tener miles de amigos. Presumía muchísimo de todos los amigos que tenía en el colegio, y de que era muy amigo de todos. Su abuelo se le acercó un día y le dijo:
- Te apuesto un bolsón de palomitas a que no tienes tantos amigos como crees, Mario. Seguro que muchos no son más que compañeros o cómplices de vuestras fechorías.
Mario aceptó la apuesta sin dudarlo, pero como no sabía muy bien cómo probar que todos eran sus amigos, le preguntó a su abuela. Ésta respondió:
- Tengo justo lo que necesitas en el desván. Espera un momento.
La abuela salió y al poco volvió como si llevara algo en la mano, pero Mario no vio nada.
- Cógela. Es una silla muy especial. Como es invisible, es difícil sentarse, pero si la llevas al cole y consigues sentarte en ella, activarás su magia y podrás distinguir a tus amigos del resto de compañeros.
Mario, valiente y decidido, tomó aquella extraña silla invisible y se fue con ella al colegio. Al llegar la hora del recreo, pidió a todos que hicieran un círculo y se puso en medio, con su silla.
- No os mováis, vais a ver algo alucinante.
Entonces se fue a sentar en la silla, pero como no la veía, falló y se calló de culo. Todos se echaron unas buenas risas.
- Esperad, esperad, que no me ha salido bien - dijo mientras volvía a intentarlo.
Pero volvió a fallar, provocando algunas caras de extrañeza, y las primeras burlas. Marió no se rindió, y siguió tratando de sentarse en la mágica silla de su abuela, pero no dejaba de caer al suelo... hasta que de pronto, una de las veces que fue a sentarse, no calló y se quedó en el aire...
Y entonces, comprobó la magia de la que habló su abuela. Al mirar alrededor pudo ver a Jorge, Lucas y Diana, tres de sus mejores amigos, sujetándole para que no cayera, mientras muchos otros de quienes había pensado que eran sus amigos no hacían sino burlarse de él y disfrutar con cada una de sus caídas. Y ahí paró el numerito, y retirándose con sus tres verdaderos amigos, les explicó cómo sus ingeniosos abuelos se las habían apañado para enseñarle que los buenos amigos son aquellos que nos quieren y se preocupan por nosotros, y no cualquiera que pasa a nuestro lado, y menos aún quienes disfrutan con las cosas malas que nos pasan.
Aquella tarde, los cuatro fueron a ver al abuelo para pagar la apuesta, y lo pasaron genial escuchando sus historias y tomando palomitas hasta reventar. Y desde entonces, muchas veces usaron la prueba de la silla, y cuantos la superaban resultaron ser amigos para toda la vida.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán


La parte más importante


Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo.
A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta.
Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije,
- "Mis oídos, Mamá".
Ella dijo: "No, muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente. Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo."
Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la respuesta correcta. Y es así que le dije:
- "Mamá, la vista es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos."
Ella me miró y me dijo,
- "Estás aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es correcta porque hay muchas personas que son ciegas, y salen adelante aun sin sus ojos".
Continué pensando cuál era la solución. A través de los años, mi madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas la suya era: "No, pero estás poniéndote más inteligente con los años, pronto acertarás".
El año pasado, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto sobre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar. Mi madre me miraba cuando fue el momento de dar el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó,
- "No sabes todavía cuál es la parte más importante del cuerpo, hijo?".
Me asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese era un juego entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo,
- "Esta pregunta es muy importante. Para cada respuesta que me diste en el pasado, te dije que estabas equivocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo."
Ella me miraba como sólo una madre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces cuando apoyada en mí, me dijo,
- "Hijo, la parte del cuerpo más importante es tu hombro".
Le pregunté, "¿Es porque sostiene mi cabeza?", y ella respondió,
- "No, es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hijo mío.
Yo sólo espero que tengas amor y amigos, y así siempre tendrás un hombro donde llorar cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo."




La sopa de letras


Había una vez un villano muy malvado y desagradable, que sólo pensaba en ganar dinero y al que ver contento a alguien le molestaba muchísimo. Y lo que menos aguantaba era que las personas fueran educadas y corteses al hablar, y pidieran las cosas por favor, dijeran "gracias" y "de nada", y sonrieran al decir algo. El villano pensaba que todas esas palabras eran un gasto inútil y no servían para nada, así que dedicó mucho tiempo a inventar una gran máquina de robar palabras.
Con su máquina, planeaba robar todos los "por favor", "gracias" o "de nada" que la gente dijera, convencido de que nadie lo notaría, para luego separar las letras y venderlas a los fabricantes de libros.
Así que cuando encendió su máquina, todo el mundo abría la boca para ser amable y educado, pero no decía nada, y todas aquellas palabras robadas iban a parar a la gran máquina. Tal y como esperaba, al principio no pasó nada, parecía que la gente no necesitaba ser cortés. Pero al poco tiempo, la gente se empezó a sentir siempre de mal humor, haciendo todas las cosas de mala gana, y todos pensaban que estaban hartos de que los demás fueran siempre con exigencias, así que en unos días todo el mundo se enfadaba y se peleaba por cualquier cosa.
El villano estaba terriblemente contento de su éxito, pero no contaba con unas niñas muy especiales. Aquellas niñas era mudas y tenían que hablar por signos. Y como la máquina no podía robar gestos, las niñas seguían siendo amables y corteses, y en seguida se dieron cuenta de lo que pasaba con el resto de la gente, y descubrieron los planes del villano.
Así que las niñas le siguieron hasta su guarida en lo alto de una colina junto al mar, donde encontraron la enorme máquina almacenando letras y letras. Aprovechando que el villano dormía la siesta, se acercaron a la máquina y empezaron a ser corteses y amables entre ellas. La máquina no podía robar aquellas palabras, y empezó a sufrir una gran sobrecarga, tan grande, que la máquina no pudo soportarla, y explotó, lanzando al cielo todas las letras guardadas, formando una lluvia de letras que fueron cayendo poco a poco, hasta acabar en el mar. Entonces todos pudieron volver a ser amables y corteses, y los enfados y peleas acabaron, demostrando que los buenos modales son muy útiles para mantener más unidas y felices a las personas.
Y así fue como surgió la primera sopa de letras, que dio la idea a las niñas para montar una fábrica de sopas de letras con la que tuvieron muchísimo éxito.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

Una puerta al mundo


Alberto era un niño que se moría por los ordenadores y los juegos. Podía pasar horas y horas delante de la pantalla y, a pesar de que sus padres no creían que fuera posible, él disfrutaba de verdad todo aquel tiempo de juego. Casi no se movía de la silla, pero cuando se lo decían, cuando otros le animaban a dejar aquello y conocer el mundo, él respondía: "ésta es mi puerta al mundo, aquí hay mucho más de lo que pensáis".
De entre todos sus juegos, había uno que le gustaba especialmente. En él guiaba a un personaje recogiendo tortuguitas por infinidad de niveles y pantallas. En aquel juego era todo un experto; posiblemente no hubiera nadie en el mundo que hubiera conseguido tantas tortuguitas, pero él seguía queriendo más y más y más....
Un día, al llegar del cole, todo fue diferente. Nada más entrar corrió como siempre hacia su cuarto, pero al encender el ordenador, se oyeron unos ruidos extraños, como de cristales rotos, y de pronto se abrió la pantalla del monitor, y de su interior empezaron a surgir decenas, cientos y miles de pequeñas tortuguitas que llenaron por completo cada centímetro de la habitación. Alberto estaba inmóvil, sin llegar a creer que aquello pudiera estar pasando, pero tras pellizcarse hasta hacerse daño, apagar y encender mil veces el ordenador, y llamar a sus padres para comprobar si estaba soñando, resultó que tuvo que aceptar que ese día en su casa algo raro estaba sucediendo.
Sus padres se llevaron las manos a la cabeza al enterarse, pero viendo que las tortuguitas no iban más allá de la habitación de Alberto, pensaron que sería cosa suya, y decidieron que fuera él quien las cuidara y se hiciera cargo de ellas.
Cuidar miles de tortuguitas de un día para otro, y sin haberlo hecho nunca, no era tarea fácil. Durante los días siguientes Alberto se dedicó a aprender todo lo relativo a las tortugas; estudió sus comidas y costumbres, y comenzó a ingeniárselas para darles de comer. También trató de engañarlas para que dejaran su cuarto, pero no lo consiguió, y poco a poco fue acostumbrándose a vivir entre tortugas, hasta el punto de disfrutar con sus juegos, enseñarles trucos y conocerlas por sus nombres, a pesar de que conseguir tanta comida y limpiar todo el día apenas le dejaba tiempo libre para nada. Y todos, tanto sus padres como sus amigos y profesores, disfrutaban escuchando las historias de Alberto y sus muchos conocimientos sobre la naturaleza.
Hasta que llegó un día en que no se acordaba de su querido ordenador. Realmente disfrutaba más viviendo junto a sus tortugas, aprendiendo y observando sus pequeñas historias, saliendo al campo a estudiarlas, y sintiéndose feliz por formar parte de su mundo. Ese mismo día, tal y como habían venido, las tortuguitas desaparecieron. Al saberlo, sus padres temieron que volviera a sus juegos, cuando era mucho más triste y gruñón, pero no fue así. Alberto no soltó una lágrima, ni perdió un minuto buscando tortugas entre los cables y chips del ordenador, sino que tomando la hucha con sus ahorros, salió como un rayo a la tienda de mascotas. Y de allí volvió con una tortuga, y algún que otro animal nuevo, a quien estaba dispuesto a aprender a cuidar.
Y aún hoy Alberto sigue aprendiendo y descubriendo cosas nuevas sobre la naturaleza y los animales, incluso utilizando el ordenador, pero cada vez que alguien le pregunta, señala a sus animalitos diciendo, "ellos sí que son mi puerta la mundo, y en ellos hay mucho más de lo que pensáis".

Autor.. Pedro Pablo Sacristán


La maldición de los Mentirukis




Los mentirukis no siempre se llamaron así. No es que se pasaran la vida contando mentiras, sólo las utilizaban de vez en cuando para engañar a los viajeros y quedarse con sus joyas. Eso fue lo que los condenó, pues sin saberlo, tramaron un engaño contra un gran mago. Y éste, al descubrirlo, lanzó una gran maldición sobre todos los del pueblo: ni un sólo día podrían acostarse sin haber dicho una mentira.
No parecía una maldición tan terrible, teniendo en cuenta que sólo se trataba de una mentira al día, pero sus efectos resultaron desastrosos. ¡Todos mentían todos los días! Así que no había manera de fiarse de ellos, ni de saber si hablaban en serio, si irían adonde decían o pagarían lo que prometían. Los engaños y enfados entre ellos eran constantes, y el ambiente en el pueblo se volvió insoportable. Finalmente, se acostumbraron a todo aquello, y los mentirukis, como empezaron a llamarlos, se ganaron la peor fama del mundo, pues además de mentirosos, se les consideraba tramposos y ladrones. Y así siguió siendo durante siglos...
Panta fue el primer mentiruki que trató de liberarse de la maldición. Le parecía increíble que una sola mentira al día pudiera provocar aquel caos, y buscó por todas partes la forma de pararlo. Consultó los grandes libros de la magia, habló con guardianes de la luz y suplicó ayuda a las brujas negras, pero todo era inútil: sólo el mago que inició la maldición tenía poder para terminarla.
Panta no se rindió, pues deseaba con todas sus fuerzas poder tener amigos de los que fiarse, y conseguir que ellos también pudieran fiarse de él. Y entonces, se le ocurrió un experimento: ¿qué pasaría si sólo decía mentiras?
Cuando probó su idea, algunos pensaron que se había vuelto loco, pero no tardaron en comprender qué era lo que pretendía, y en unos pocos días, Panta se convirtió en el primer mentiruki en quien se podía confiar. Y aquello resultó ser un alivio para el resto de los mentirukis, pues llevaban toda la vida deseando tratar con alguien que no fuera a mentirles en cualquier momento. Todos confiaban a Panta sus negocios y temas importantes, y antes de darse cuenta, Panta el Sincero se había convertido en el más famoso y querido de los mentirukis. Viendo las ventajas que tenía la vida desde el lado honrado, y hartos de su mentira de cada día, los mentirukis comenzaron a seguir el ejemplo de Panta, y se pasaron al grupo de los que hablaban al revés, y todo lo que decían era mentira.
Así siguieron viviendo los mentirukis durante muchos años, hasta que aquella historia se transformó en leyenda y luego se olvidó. Y el único recuerdo que quedó de la maldición fue un extraño idioma que parecía hablarse al revés, y un cuidado muy especial por no decir ni una sola mentira, pues nadie mejor que los mentirukis sabe que hasta las más pequeñas mentiras tienen poder para estropearlo todo.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán



Los malos vecinos




Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó:
- ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando descaradamente!
Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó a planear su venganza.
Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó las casas de los dos vecinos...
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie...
Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán



El viejo gruñón 





El viento soplaba con fuerza moviendo los árboles del parque: varios abetos, dos acacias, dos moreras y unos cuantos falsos plátanos.
El parque era muy pequeño, pero disponía de todo lo que tiene que tener un parque: árboles, césped, farolas, muchos asientos, un pequeño espacio para el ocio infantil, con su tobogán y sus columpios y dos fuentes.
El viejo gruñón miró por el ventanal del comedor, lugar desde el que se divisaba cómodamente sentado en el sofá la mayor parte del pequeño parque.
-¡Vaya, hoy no hay perros¡ ¡Malditos animales¡ El viejo gruñón, no es necesario decirlo, odiaba a los perros y por extensión a sus dueños. Desde la altura de su casa, parecía que el suelo del parque era llano como una hoja de papel, pero la única vez que bajó comprobó que el suelo inclinado no iba muy bien para su cojera. ¡En este parque sólo se ven perros! Sentenció, y no volvió a pisarlo.
El anciano vigilaba atentamente el parque a cualquier hora. Observaba si los dueños de los perros no cumplían con sus obligaciones higiénicas y entonces comenzaba la función:
¡Sinvergüenza! ¡No sabes que tienes que recoger la mierda del perrucho! ¡Así, así, ponle el morro que chupe bien la fuente para que luego vengan los niños y chupen también!
La verdad que el viejo gruñón en ocasiones llevaba bastante razón. Muchos dueños de los perros no cumplían con sus obligaciones: No les ponían bozal, no recogían las deposiciones que hacían, dejaban que chupeteasen las fuentes y los asientos, no impedían que orinasen en cualquier esquina del edificio…
Un día, el viejo gruñón, al salir de la puerta del piso, coincidió con los vecinos tomando el ascensor. Vio correteando por el suelo algo parecido a un ratón grande, que se desplazaba de aquí para allá como un coche teledirigido. Entraron juntos en el ascensor y no pudo por menos que fruncir el ceño cuando la dueña dio un amoroso beso en la boca al pequeño chihuahua.
-Vaya (pensó el viejo), lo que nos faltaba.
Hay que conocer los detalles para comprender la actitud del viejo gruñón. De niño un hijo del viejo gruñón fue operado de un quiste hidatídico, y ese hecho le puso muy en contra de los canes.
Tan famoso se había hecho en el barrio el viejo gruñón por su animadversión a los perros que muchos vecinos se dirigían a él con frases como esta:
- Es una vergüenza como dejan todo.
- No hay derecho. Había que quejarse al alcalde.
Con la llegada del buen tiempo, el viejo gruñón, que a pesar de la cojera andaba grandes trechos, gustaba pasear por la zona de nueva urbanización, entre el camino de los Royales y la Avenida de Valladolid. Es una zona estupenda para pasear, da el sol permanentemente, porque con la crisis no se han construido pisos pero se realizó la primera fase de urbanización y hay calles asfaltadas, aceras y jardines.
El viejo cierto día paseaba su soledad cuando un perro labrador de color amarillo sucio y nariz rosada comenzó a seguirle a distancia. El viejo gruñón se apercibió de su presencia miró con cierto desaire y continuó su camino. El perro le siguió con una mirada triste. El anciano miró una y otra vez. De haber tenido una piedra a mano se la hubiese lanzado, pero casualmente metió la mano en el bolsillo y había un pequeño mendrugo de pan. Se lo lanzó, el perro se lo comió y en sus ojos tristes se advirtió un brillo de agradecimiento. El viejo gruñón se puso contento y una sonrisa apareció entre las arrugas de su cara. El perro debía estar abandonado pero tenía algún cobijo. Al día siguiente el viejo volvió por el mismo camino, previamente había guardado en una bolsita unos huesos. Su corazón se alegró cuando vio a lo lejos al perro que comenzó a seguirle. El hecho se repitió durante toda la primavera.
No creamos que el viejo depuso su actitud, desde su atalaya, si advertía que alguien no recogía las cacas del perro o lo llevaba sin bozal, seguía gritando como un energúmeno:
¡Así, así no recojas la mierda, para que pueda revolcarse en ella cualquier niño! Pero ahora, después del comentario una sonrisa emergía en la cara arrugada del viejo gruñón recordando a su nuevo fiel amigo.

Dionisio Limon

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Basada en las historias de Matías, Andrea C. ha propuesto esta lectura que espero que os guste. Gracias Andrea.
Los líos de Mario
Mario estaba un día en el parque, cuando vio un perro llamado Lucky.
A él no le gustan los perros y cuando lo vio.......¡BOOM! Se hizo una cosa en los pantalones, (tal vez dos).
Al verle, Leon y Roberto se rieron hasta enrojecérseles las orejas.
Mario grito:
-¡Parad ya! ,¿queréis que se entere todo el mundo?
León respondió:
-Pero si solo es el perrito de la señora Lucrecia. Además es inofensivo, ¡hasta le dan miedo las moscas!
Mario dijo:
-¡Callaos ya que bastante vergüenza me da!
-Mira tengo un plan.-dijo León ilusionado.
-¿Y si te tapamos con un trapo para que no se te vea el pis?
-Me parece bien, ¿pero dónde vamos a encontrar un trapo?- dijo Mario-
-¡Mira esa roca tiene uno encima!-dijo Roberto.
-¡Eso no es una roca es el señor Palagorda!
-¿Se lo pedimos , o no ?-dijo Mario
-¡Noooooooooo! -dijeron León y Roberto a la vez.
Mario no hizo caso y fui a por el trapo, cuando al estar a menos de 2 metros de él grite. Pero el hombre-roca estaba llorando, y a pesar de su miedo, se atrevió a preguntar:
-¿Qué te pasa?
-¡Es que asusto a todo el mundo! –dijo el señor Palagorda
-¡Eso es porque eres gigante , pero da lo mismo , a mí me caes bien. – dijo Mario
-¿De verdad? –dijo el señor Palagorda
-¡Si te lo prometo! – dijo Mario Y continúo….
-Yo venía a preguntarte si me podrías dar ese trapo , y te lo devolveré mañana a esta misma hora . ¿Vale?
-Vale amigo, mañana a las 6:30 , te esperaré contando los minutos.
Ya de regreso, León preguntó:
-¿Te pego?
-No y resulta que somos amigos. –dijo Mario
-¿Cómo?-preguntaron los León y Roberto a la vez
-!Sí, y la verdad, es majíiiiiiiisimo!
-¡Bueno vamos a mi casa que estos pantalones me están empezando a rozar.
¡Y así me gustaría que fuera de majo mi hermano Mario, bueno la verdad es que es imposible, pero vale la pena soñar, ¿no?

                       Fdo:       Soñadora Nebulosa.

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 La lectura de esta semana es "Un diálogo de besugos" no tiene que ver nada con el pescado, sino más bien consiste en mantener una conversación en la que, o las personas que participan en ella no se escuchan la una a la otra o que, directamente, se mantiene una conversación inútil y sin sentido. 

Este de más abajo esta tomado de http://seronoser.free.fr/bruguera/dialogosparabesugos.htm
   


− Buenos días.
− Buenas tardes.
− ¿Tienen ustedes violines desafinados?
− ¿Cómo desafinados, oiga? Es la primera persona que pregunta por violines desafinados. Si los toca, van a parecer una gaita.
− Es para mi sobrino.
− ¿Le cae gordo su sobrino?
− No. Pero el pobre desafina cantidad musical, y así, con un violín desafinado, podrá darle la culpa al instrumento.
− ¡Qué buena idea! ¿Es suya?
− Sí, y en casa tengo más
− ¿Tiene más ideas?
− Y que no falten. Yo siempre he sido muy ideota. ¿Usted no tiene ideas?
− ¡No tiene usted idea de mis ideas! Yo ideo mucho.
− ¿Y qué idea?
− Ideas. Si ideara garbanzos ya no idearía garbanzos porque ya están ahí.
− ¿Tiene garbanzos? ¿Dónde?
− Ahí. Es un modo de decir que ya están ideados.
− Ah. Tiene usted un modo de decir “ahí” que es demasiado.
− Pues no me ha oído usted decir allá.
− ¡Ay, diga allá! Me muero de ganas de oírle decir allá.
− Me da un nosequé decir allá en público.
− Diga, diga.
− ¡Qué va usted a decir de mí si me oye decir allá…!
− No voy a decir nada. O quizá sí diré que usted es un señor que dice allá.
− Bueno, pues allá voy.
− Vaya, vaya.
− ¿Dónde quiere que vaya?
− Allá.
− Sí, señor. Para todos ustedes, voy a decir con mucha ilusión, “allá”.
− Sí, pero no se vaya allá. Diga allá aquí.
− Es que es el mejor sitio para decir allá, es allá.
− ¿Por qué Allá?
− Porque allá suena mejor allá que aquí.
− ¿Cómo suena aquí?
− ¿Aquí?
− Allá.
− Allá, aquí suena allá.
− ¿Y allá?
− ¿Aquí, allá?
− No, allá, allá.
− Allá, allá suela así:
− ¿Suena así? ¡Pues si que suena raro allá!
− Allá no suena así.
− Me acaba de decir que allá allá suena así. U así no se parece en nada a allá, se diga allá, se diga aquí o se diga ahí.
− Me ha interpretado mal. He dicho, dos puntos.
− ¿Ha dicho dos puntos? ¿Cuándo ha dicho dos puntos?
− ¡Ahora! Y no me interrumpa.
− Si me empieza a decir cosas que no me ha dicho, me lía.
− Yo he dicho que allá suena así, dos puntos.
− ¿Que allá suena así dos puntos?
− Allá, allá suena así. Dos puntos. Y ahora digo como suena allá allá. ¿Me entiende?
− ¡Ah! Los dos puntos no es un sonido, es una puntuación ortográfica.
− Pues, empiezo. Voy a decirles con todo mi corazón allá. Atención: ¡Allá!
− La verdad, ese allá se podía decir desde aquí. Es un allá corrientito…
− Vaya a escucharlo allá y verá como allá suena mejor allá.
− Voy allá. Buenos días.
− Buenas tardes.



EL PERRO GENIO 

Cuento aportado por Andrea S. (gracias Andrea)



Un carnicero estaba trabajando muy ocupado, cuando ve entrar a su local un perro al que echa de la tienda, poco después el perro entra nuevamente y esta vez el carnicero se da cuenta que el perro trae una nota en el hocico que dice: 
¿Podría darme una pierna de cordero, por favor? 
Lo mira, y ahora tiene un billete de 10 euros en el hocico, así que el carnicero asombrado toma el dinero, mete la pierna de cordero en una bolsa y la coloca en el hocico del perro, el carnicero impresionado decide cerrar la tienda y seguir al perro, éste toma una calle hasta un cruce donde se detiene, deja la bolsa en el piso y se para en sus patas traseras para presionar el botón de cruce, una vez que cambia la luz, toma la bolsa, avanza y llega hasta un paradero de autobuses, ahí se sienta pacientemente y cuando se aproxima un bus se para, mira el número y se vuelve a sentar hasta que llega el autobús adecuado, entonces toma la bolsa y se sube, ya arriba del autobús mira por la ventana distraídamente hasta que llegan a un sector de la ciudad donde toca el timbre y se baja, de ahí llega a una casa, deja la bolsa en el suelo y con la cabeza empieza a golpear la puerta un par de veces y como nadie abre la puerta, da la vuelta a la casa, esta vez golpea una ventana y regresa nuevamente a la puerta a esperar que abran, casi inmediatamente aparece un tipo en la puerta que empieza a gritar al perro, por lo que el carnicero le dice: 
¡Pero hombre! ¿Por qué trata así al animal? ¡Es un genio, bien podría salir en la televisión! 
A lo que el hombre responde: 
¿Genio? ¿Está usted loco? ¡Esta es la segunda vez en esta semana que olvida su llave! 

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